13.6.22

Y es que la peor tortura es el no saber el origen de aquello que creemos que nos afecta

 © LOS DILEMAS DEL SER HUMANO

¿Quién o qué es el ser humano realmente?

¿Qué hace en este planeta? ¿De dónde ha venido y a dónde va?

¿Por qué le da tantas vueltas a todo? ¿Será que se siente incompleto, perdido o abandonado?

¿Por qué siempre que se replantea su existencia, le cortan las alas o directamente se lo cargan?

¿Será cierto que históricamente hemos querido ser como dioses?

¿Qué o cuáles son (o fueron) esos dioses a los que queríamos emular?

¿Cuál es verdaderamente nuestra función, nuestro destino? ¿Cuál es nuestra razón de ser?

¿Somos el resultado de un experimento efectuado por alguna civilización superior?

¿Qué es lo que salió mal que desde entonces no cesan de tratar de eliminarnos?

En definitiva… ¿Por qué no nos liquidan de golpe si tanto les molestamos?

En este punto aparecen unas supuestas leyes universales: El libre albedrío, el karma, etc…

¿Quién las ha implantado? ¿Será que hay distintos niveles y jerarquías entre las civilizaciones avanzadas que nos crearon y nos controlan?

¿Podemos suponer que algunas civilizaciones son realmente benévolos frente a la maldad aparente de las que aparentemente señorean en la actualidad nuestro planeta?

Muchos interrogantes y especulaciones ante la magnitud del desconcierto que nos envuelve, pero ninguna certeza, ni mucho menos alguna solución a este callejón sin salida.

Nuestro tránsito vital, sometido a tantas incertidumbres y aspectos incomprensibles, nos impulsa constantemente a la búsqueda de respuestas que nos sitúen en un marco adecuado.

Sería aquello de saber de qué mal hemos de morir pues aunque tradicionalmente se nos ha adoctrinado con innumerables argumentos sobre nuestro “poder” –muchas veces amparados por el concepto de la fe- lo cierto es que vamos por la vida desorientados cuando no atemorizados.

Y es que la peor tortura es el no saber el origen de aquello que creemos que nos afecta, porque la ignorancia es solo un parche, una huida hacia adelante.

Cuando el ser humano despierta, su conciencia ya no admite el planteamiento de “ojos que no ven corazón que no siente” o lo que es lo mismo “aquello que desconoces no te preocupa”.

Al final toca hacer de tripas corazón y seguir el camino personal de la mejor manera posible renunciando al conocimiento ansiado.

En cualquier caso el tema sigue abierto pues las respuestas, como se dice comúnmente en otro contexto, “haberlas, hailas” y el hecho de no encontrarlas no elimina su existencia.


VIVA LA VIDA

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Joan Martí – elcamidelavida@gmail.com

13 junio 2022

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