5.11.15

IDEAS PARA CAMBIAR EL MUNDO

Soy de Buenos Aires y empecé a hacer una huerta en la vereda de mi casa desde que me enteré que Monsanto nos envenena con OMG´s, con comida con glifosato y de las millones de personas con cancer y niños que nacen malformados, con leucemia y tantas otras enfermedades causadas por fumigar cerca de los pueblos rurales, por encima de las escuelas, de los chicos en el recreo del patio.

Esta gente de Monsanto con el apoyo del gobierno (suba quien suba) y el aparato estatal, están decididos a seguir deforestando todo el país para plantar mas monocultivos de soja transgénica y otros nuevos OMG, desalojando y matando a pueblos originarios para que el extractivismo avance también con megaminerías a cielo abierto y el fracking de Chevron.

Al ver que nos venden comida envenenada, que le echan a toda fruta y verdura cantidades enormes de pesticidas, fungicidas, glifosato, etc, me dí cuenta que si nosotros no nos autoabastecemos y nos cuidamos entre nosotros, las autoridades y las marcas NO lo harán. Nos venden veneno, siendo negocio así también para la industria farmaceutica al haber cada vez mas enfermedades. Es un círculo perverso, de poder y ambición, donde las multinacionales, el gobierno y el Estado hacen orgías de dinero y poder a costas de nuestras vidas.

Por eso decidí empezar a sembrar en donde me encuentro: la ciudad. Empecé descubriendo una huerta comunitaria en un espacio cultural muy lindo (“El Corralón de Floresta”), ahí aprendí mucho de plantas y de trabajo grupal y horizontal, pero quería más…

Esta es mi humilde idea:  AUTOABASTECERNOS ENTRE LOS VECINOS


Hacer huertas y bosques frutales por todos los barrios de la ciudad en conjunto con los vecinos, y obtener energías renovables entre todos. Convertir poco a poco el asfalto en tierra.

Descubrí un espacio pequeño de tierra en la vereda de mi casa (como un cantero, donde antes hubo un árbol) al lado de la parada del colectivo, que estaba llena de basura y no había nada. Empecé a tirar semillas de lo que comía (mandarina, limón, naranja) y también un montón de otras semillas que conseguía en la huerta que voy hoy día. Poco a poco me fue creciendo tambien maíz, tomate, melón, perejil, apio, ahora está creciendo ruda, ajenjo, romero, papa del aire, arbejas, frutillas, acelga y planté 2 paltos para un futuro.

Hice la huerta con el fin de compartirla, no de venderla. La Pacha Mama da sin cobrar, tenemos que reproducir eso, imitar a la naturaleza, ella da y da sin pedir nada a cambio. Cuando llueve, el agua cae tanto para los buenos como para los crueles… Las semillas brotan tanto para el canalla como para el santo.

Le gustó tanto a muchos de los que decidieron hacer en Facebook un grupo llamado “Cultivando mi vereda” www.facebook.com/groups/1577092405910587 que ya llegó a los 445 integrantes

Muchos de los arboles frutales que me fueron creciendo los fui trasplantando a otros lugares, y no paro de germinar paltos. Mi lema es: “Palta que como, palto que germino”

Al principio, todos los vecinos se me acercaban cuando estaba en la huertita de la vereda, me sonreían, me preguntaban y les interesaba mucho a todos, despierta muchas sonrisas e interés, y así fui conociendo cada vez mas vecinos, muchos me han enseñado muchas cosas, a otros les pude enseñar yo, y cada día que va pasando voy formando lazos con las vecinos, y hasta hice amigos.

Algunas vecinas con sus hijas venían a ver como crecían los tomates que nunca habían visto una planta de tomates. Todos se detienen a ver la huerta, y me saludan, sonríen, curiosean, les interesa y produce gestos amables: muchos me han traído semillas y esquejes, y un vecino me trajo una papa toda brotada ya para plantar… No para de sorprender esta huerta, de llamar la atención y de motivar a los vecinos. En fin…

Para no extenderme demasiado, la idea es la siguiente:

AUTOABASTECIMIENTO VECINAL DE COMIDA:

Si cada uno hiciera lo mismo en las veredas (o en las plazas, debe ser un lugar público, dentro de las casas también está bueno, pero no es de acceso para todos) nos podríamos abastecer de comida gratis para todos, y de a poco dejaríamos de comprarla en los supermercados. Cada vecino sembraría lo que le guste, el de la esquina puede tener un limonero, el de al lado calabazas y ancos, otro sembraría todo tomates y albahacas, otros paltos, el otro tendría una milpa (maiz, poroto y zapallo), el otro cebollas y ajos, por allá una vecina con manzanos y peras, otro con un banano. La ciudad llena de árboles frutales, verduras de todo tipo, hongos, legumbres, etc. De acceso público para todos.

BIEN COMÚN:
Esta comida producida por los vecinos en sus veredas sería un bien en común. Lo cuidamos entre todos, ayudándonos mutuamente por un objetivo en común: alimentarnos sanamente y cuidarnos entre nosotros. Con la motivación colectiva a aprender cada vez más para ayudar a los vecinos que tengan problemas con sus cosechas. Siempre hay formas para abarcar los problemas de las plantas sin usar pesticidas y químicos tóxicos. La permacultura, que justamente estudia el equilibrio y la autosustentabilidad entre tantas otras cosas, sería nuestro modelo a seguir.

LIBERACIÓN Y EMANCIPACIÓN:
A medida que logremos cosechar cada vez mas comida ya no necesitaremos comprar alimentos envenenados en los supermercados. Las marcas fracasarán al intentar vendernos porque ya no nos importarán sus productos tóxicos. Cada día le prestaremos más atención a cómo cultivar, cómo sembrar, cómo abonar la tierra, como poner mantillo, y caléndulas para atraer a pulgones, y rudas y ajenjos para espantar a hormigas, etc.

Al ser el interés la comida en sí y no el dinero, éste de a poco va pasando a un segundo plano, ya que el cultivar es lo primordial. El dinero no se puede comer, la comida sí. De a poco lo iríamos entendiendo. Con el dinero compras venenos, con los vecinos unidos y autogestionando las cosechas de nuestras veredas comemos sano y en comunión. Los
vecinos entenderemos cada vez más que nos necesitamos ente nosotros, no al dinero.

También nos libraríamos de a poco de la industria farmaceútica, las plantas medicinales y su sabiduría serían la prioridad, cultivaríamos miles de especies curativas para distintas dolencias de todo tipo. Esto nos acercaría entre nosotros, y además de solo proveerle la planta medicinal, nos acercaríamos a la persona enferma, ya que el que enferma está necesitando afecto de algún modo u otro. Nuestra liberación depende de nuestro cuidado mutuo. Si nuestra disponibilidad a dar felicidad es limitada, también lo será nuestra disponibilidad a recibirla.

SALIR DEL AISLAMIENTO: En la ciudad la mayoría vive de la casa para adentro. Con las huertas en las calles, los vecinos estaríamos afuera la mayoría del tiempo, unidos, en amistad y cooperación, con las manos en la tierra y la alegría en el espíritu colectivo y de ayuda mutua. La vida no transcurriría dentro de las 4 paredes mirando la tele. La vida estaría en las calles que de a poco se convertirían en bosques frutales.

HACER SIN PEDIR PERMISO:
Acá por ejemplo en la capital de Buenos Aires están prohibidos plantar arboles frutales en las veredas, sin embargo hay muchos plantados igual. No es por salud pública que prohíben frutales en veredas (ese es su falso argumento, pero no nos dejemos engañar con ello). Es por miedo que prohíben cosas como estas que empoderan al pueblo. Por miedo a perder poder. 

Si fuera por la “salud pública” no envenenarían nuestra comida ni nos darían OMG. No les interesa ni les preocupa nuestra salud, les preocupa seguir manteniendo el poder y que sigamos dependiendo de ellos, de sus marcas. Hay que sembrar y sembrar por todos lados. La ley no lo quiere porque nos independiza como humanos, y nos quieren dependientes. Los cambios los producimos nosotros, sin esperar a que alguien nos dé el “permiso”. Es más empoderante y e.caz llevar a cabo los objetivos directamente que con.ar en las autoridades o representantes. La gente libre no ha de solicitar los cambios que quieren ver en el mundo, sino que ha de REALIZAR esos cambios.

FESTÍN VECINAL Y FIN DEL ENCIERRO:
Al termino de una jornada de cosecha vecinal y trabajo de huertas veredales (vamos a decirle así) podemos juntarnos en las calles, desplegar mesas y comer juntos la comida que cosechamos entre todos, entre risas bajo los arboles frutales y las estrellas. Ya no hace falta mas encerrarse y estar solo, o tu familia sola, no, ahora estamos en comunión vecinal, entre todos, en las calles, comiendo y compartiendo juntos.

ENERGÍAS RENOVABLES:
Para el resto de la liberación, de a poco entre los vecinos nos juntaremos para emanciparnos del gas, construyendo biodigestores para la obtención del gas metano. Otros nos interesaremos en autoabastecernos con paneles solares y las posibles obtenciones de agua. Lo investigaríamos juntos y gradualmente nos independizaríamos obteniendo nuestra propia energía.

SIN DIVISIÓN DE TRABAJO:
Si bien cada uno se asociará libremente a lo que más le guste, estaremos tan al tanto de las actividades de otros vecinos como la de nuestro cotidiano. Por ejemplo: si te gusta cultivar, tambíen puedes ayudar en el biodigestor de gas, así como el experto en paneles solares puede aprender de tí a como sembrar zapallo.

Nos potenciaríamos mutuamente. No nos cerraríamos solo en una actividad aislándola del resto. No. El experto en plantas medicinales y en terapias aportará en otras tareas diferentes. Todo se complementa, nada se encierra en sí mismo, porque el entendimiento de conectar con otros es más importante que el propio ego que busca un éxito personal y superficial. El bien común termina siendo el bien personal. Cuidando del otro, uno cuida de sí mismo. La división es contraria a la naturaleza del Universo. Renunciando al antagonismo y a la separación se entra en la unidad armoniosa de todas las cosas.

CAMBIO DE PARADIGMA:
Pasamos del capitalismo, la competencia y la supervivencia individual (todos contra
todos) al concepto de comunidad, ayuda mutua y cooperación colectiva para un bien en común (todos con todos).
Dejaremos de luchar por la admiración. Colocaremos el interés en la Pacha Mama. Viviremos de acuerdo con ella, compartiremos con los demás las enseñanzas que llevan a ella, y seremos bañados por las bendiciones que fluyen de ella. Pasaríamos de lo material a lo místico, del tener al ser. Cuidaríamos del bienestar de todas las cosas.

Cuando miremos un árbol, no veremos un fenómeno aislado, sino raíces, tronco, agua, tierra y sol: cada fenómeno relacionado con los demás, y el árbol, surgiendo de este estado de relación. Comprendiendo estas cosas, respetaremos a la tierra como a nuestra madre, al cielo como a nuestro padre, y a todas las cosas vivas como a nuestros hermanos y hermanas. Asi, cada uno cuidará del otro, sabiendo que se cuida a sí mismo. Dándole al otro, sabe que se da a sí mismo. En paz con los demás, está siempre en paz consigo mismo.

FIN DEL ESTADO:
Como todos nos vamos haciendo conscientes de que el Estado y el gobierno siempre respaldan y protegen a las multinacionales y a la oligarquía, dejaremos de votar y de confiar en las autoridades, ahora el pueblo confía en sí mismo. Ahora el pueblo ha dejado de demandarle alimentos a los supermercados, renunció a tomar medicamentos de la industria farmaceutica, ya no quiere mas gas del estado, ahora lo producen los vecindarios, ya no necesita mas luz, ahora la obtienen en conjunto a través del Sol, y ya no necesitan casi asfalto, se anda mas en bicicleta y la mayoría de las calles se han cubierto de tierra poco a poco, para que la prioridad sean las plantas y los arboles, no carreteras para autos, sino tierra para que el vecindario cultive y se autoabastezca. Y ya sin la necesidad de nadie que te venda alimentos ,medicamentos, luz, gas, agua, el dinero dejará de existir, simplemente porque ya nadie lo usará, la gente empezará a necesitar de la gente, el vecino va a necesitar del vecino, no de una marca, no de una farmacia, no de un Estado. El pueblo no le demandará mas nada a las multinacionales, los medios, al Estado y los gobiernos. Habrá aprendido a gobernarse a si mismo, a protegerse así mismo, a cuidarse a si mismo..

Ahora por fin el ser humano es libre, encontró el amor donde menos lo pensaba, en el vecino de al lado…

La idea es que poco a poco, de forma gradual, dejaríamos de depender de marcas que nos venda alimentos y medicamentos. Nos liberaríamos en comunión, autogestión, ayuda mutua, cooperación, protección mutua e interés por el bienestar del otro. Esto está pensado para los vecindarios, para la ciudad. También se puede hacer en los campos lejos de la ciudad. Solo que como vivo en la ciudad me pareció empezar por donde nací: en mis calles, en mis veredas…

Y transformarlo todo, para siempre, donde quiera que esté…

Para terminar, recomiendo este documental para aprender sobre Permacultura y cómo establecer bosques de comidas: “Estableciendo bosques comestibles” (Geo. Lawton)

Una pequeña Idea de Diógenes de Sinope
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Las ideas, propuestas y re.exiones expresadas aquí, pertenecen exclusivamente a sus autores y no son necesariamente compartidas por el Robot Pescador. Podéis seguir enviando vuestras ideas para cambiar el mundo a nuestro correo: elrobotpescador@gmail.com Las iremos publicando todas por orden de llegada a nuestro correo, los miércoles y sábados.


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