30.5.16

La implantación masiva del microchip se producirá cuando la tecnología haya evolucionado lo suficiente para que sea barata y fácil de aplicar

LOS NIÑOS LLEVARÁN PRONTO UN MICROCHIP

Desde hace muchos años, gran cantidad de personas en el mundo alternativo vienen advirtiendo de un día en el que a todos los ciudadanos les será implantado bajo la piel un microchip de control.

Mucha gente ha considerado que estas afirmaciones eran “una teoría de la conspiración” y que los que realizaban tales advertencias eran unos “conspiranoicos” o unos “magufos”.

Bien, pues el momento ha llegado: una gran cadena de TV de EEUU ya ha empezado a impulsar la implantación del chip en los bebés y ha empezado a invitar a famosos para que le vendan la idea a la población.

Un reciente informe de la cadena NBC News, promueve la implantación de microchips en los niños, afirmando que se trata de algo que va a suceder “más pronto que tarde” y que los estadounidenses con el tiempo aceptarán llevar el microchip implantado como algo tan normal como el código de barras en los productos.

Para ello, el reportaje presenta a la madre de 3 niños, llamada Steffany Rodriguez-Neely, que habla de cómo perdió brevemente a su hija después de que ella se escondiera detrás de un estante de ropa, haciendo hincapié en que “la pesadilla de todos los padres se produce cuando no se puede encontrar a un hijo”

“Cuando se trata de algo que vaya a salvar a mi hijo, no hay nada que me parezca demasiado extremo”, dice Rodriguez-Neely. “El microchip sería una capa adicional de protección, por si algo malo sucede”


Rodriguez-Neely pasa a explicar cómo ella misma se ha enfrentado al escepticismo de otras madres de un grupo local de la Bahía de Tampa, gente como Kerri Levey, que se muestra cautelosa acerca de la implantación de un microchip en sus propios hijos.

“Estás poniéndole una batería a tu hijo, cuando le implantas un microchip. Una vez lo haces, ¡dónde se detiene la cosa? Es ir demasiado lejos. Estamos hablando de un niño”.

“Si un pequeño chip del tamaño de un grano de arroz pudiera evitar una tragedia, creo que la mayoría de los padres lo implantarían en sus hijos” responde Rodriguez-Neely.

El pequeño reportaje de la NBC sigue impulsando la idea del microchip y a continuación cita al experto en electrónica Stuart Lipoff, quien afirma que un microchip implantado en los niños es algo seguro e inevitable.

“Las personas deben ser conscientes de que las pruebas de seguridad de estos productos ya se están haciendo. Los militares no sólo ya lo están probando, sino que ya lo utilizan en sus propiedades. No es una cuestión de si ocurrirá, sino de cuándo ocurrirá”, afirma Lipoff.

Lipoff también declaró a NBC que las personas no deberían estar preocupados por el “Gran Hermano” vigilando los movimientos de sus hijos y que esta tecnología no es más que una actualización del código de barras tradicional.

“Cuando los códigos de barras salieron al mercado por primera vez a finales de 1960, la gente estaba horrorizada. Tenían miedo de ellos y no entendían el concepto. Hoy en día, es tan común, que ni siquiera los notamos. Un microchip funcionaría en gran parte de la misma manera”, afirma, añadiendo que “definitivamente es algo que sucederá”.

La reportera de la NBC Melanie Michael parece estar de acuerdo, señalando que el tamaño del chip es “muy pequeño” y que “el experto nos dice que esto sucederá más pronto que tarde”

“Usted puede apostar que alguien en algún lugar, algún día va a sacar esto adelante y podremos ver los microchips por todo el mundo”, añade.

En otra noticia separada, días antes la misma cadena NBC en el programa Today, entrevistó a la actriz Brooke Shields, quien parece encantada con la idea de implantar chips de seguimiento a sus propios hijos.

Así es como la cadena la presenta en su web:

Si los microchips implantables pueden realizar un seguimiento de los animales domésticos perdidos, ¿por qué no también de nuestros hijos?

Brooke Shields, parece estar de acuerdo con la idea.

Después de conocer la noticia de un equipo de fútbol en Argentina (Club Atlético Tigre), que ofrece abonos de temporada en forma de microchip implantado, Brooke Shields nos ofrece su opinión al respecto y parece que ella no quiere limitar esta tecnología simplemente a la entrada en un estadio.

Ella tiene una idea diferente.

“No estoy pensando en ello en términos de deportes, pues a mi me gustaría ponerle uno a mis hijos”, dijo Shields durante su entrevista en Today. “Honestamente, no estoy en contra de chipear a mis hijos”

Shields, madre de dos hijas, sostiene que el perro de la familia tiene un microchip que ayudó a que las autoridades lo devolvieran a casa después de que el animal escapara del domicilio de Shields en la ciudad de Nueva York.

(COMENTARIO: ¿y por qué Brooke Shields no se pregunta por qué razón huyó su perro, prefiriendo estar en la calle que a su lado?)

Brooke Shields calificó esta tecnología de “espeluznante y futurista“, y se preguntó cómo podría conseguir implantarle el dispositivo a sus niñas.

“Pensé que lo podría hacer mientras durmieran”, bromeó. “‘Mamá, ¿qué fue eso? Oh, no sé, quizás fue un mosquito”’

Incluso Shields fantaseó con el nombre de marca que escogería para su producto de ficción.

“¿Cómo puede encontrar a sus hijos si son secuestrados?”, dijo.“Me gusta el dispositivo de rastreo. Me gusta el pequeño LoJack en mis bebés. Quiero un Babylo, un LoJack para mi bebé”.

Como se puede ver, la implantación obligatoria de un microchip en todos los ciudadanos para tener un completo control sobre todos los aspectos de nuestras vidas, no es ninguna “fantasía conspiranoica” como algunos anormales con menor capacidad de raciocinio que la mosca del vinagre, quieren hacernos ver.

Esto es un proyecto real de control a nivel global, largamente planeado y que hasta el momento está siguiendo una perfecta planificación.

El gran problema para que algunas personas entiendan de una vez por todas que esto está sucediendo realmente, consiste en que cuando leen este tipo de advertencias en los medios alternativos, esperan que la amenaza se materialice al día siguiente a las 8 de la mañana.

Es uno de los grandes problemas de la sociedad actual: por culpa de la inmediatez y la frecuencia con la que recibimos grandes dosis de información, la mayoría de personas han perdido la capacidad de tener una correcta perspectiva temporal de los acontecimientos.

Y es que el proceso de implantación del microchip, llevará unos años y noticias como las que hemos leído, son tanteos que se hacen a la población, para que empiece poco a poco a asimilar el concepto.

En estos momentos, hay varios procesos que se están desarrollando en paralelo para que este proyecto de control enfermizo global se acabe convirtiendo en una realidad:

-Condicionamiento Mental y Social

-Eliminación del Dinero Físico

-Crisis de Seguridad: Emergencia Sanitaria y Terrorismo

-Evolución Tecnológica

CONDICIONAMIENTO MENTAL Y SOCIAL

El paso previo para la implantación global de un chip de control en todos los ciudadanos, ha sido la proliferación de los teléfonos móviles y de las redes sociales. Mediante la generalización de estas 2 herramientas, la mente de la población ha sido moldeada para que acepte la idea de ser controlada las 24 horas del día y eliminar de sus vidas el concepto de intimidad, ofreciendo gratuitamente a ojos de los demás, hasta el detalle más insignificante de su existencia, desde la cara que hace cuando se levanta de la cama, hasta el dichoso postre que se toma en el restaurante cuando sale a comer.

Los jóvenes de hoy en día (la peor generación de la historia de la humanidad), ya han nacido y crecido en una sociedad donde mostrar públicamente todo lo que estás haciendo a cualquiera que pueda o quiera verlo, representa la nueva normalidad.

Estamos ante una generación (que podríamos calificar como de-generación), que prostituye su intimidad a cambio de algo tan nimio, abstracto y vacío como un “like” en las redes sociales. Sus mentes de esclavo debidamente moldeadas, son el paso previo indispensable para que acepten la implantación de un microchip de seguimiento e identificación, a cambio de poder acceder fácilmente a un local de moda…o pagar fácilmente algún veneno edulcorado en Starbucks.

ELIMINACIÓN DEL DINERO FÍSICO

Y es que paralelamente a la aceptación del concepto de control y vigilancia masivos, está evolucionando la idea de eliminar el dinero en efectivo y convertirlo en dinero electrónico.

Para ello, no solo se instrumentaliza la idea de “comodidad y rapidez” (pagar el frapuccino del Starbucks), sino que convenientemente, la idea del dinero electrónico se combina con una supuesta lucha contra la corrupción y la evasión de impuestos de los más poderosos, un tema que está siendo aireado a todas horas, como vemos en el célebre caso de los “Papeles de Panamá”.

Mediante esta lucha contra esos “grandes corruptos multimillonarios malvados”, se empujará a la población más humilde a que pida un mayor control de sus actividades mediante la implantación del dinero electrónico, todo ello en medio de una crisis económica que afecta gravemente a los servicios públicos de los estados y que pronto redundará en una caída de las pensiones y las ayudas a los más necesitados.

La población, en medio de una oleada de justificada indignación, pedirá fervientemente que se controle esa evasión fiscal y que se impulse la implantación del dinero electrónico, “para que nadie evite cumplir con sus obligaciones”…y lo harán sin darse cuenta que en realidad, esas medidas de control han sido diseñadas para controlarles a ellos y sin percatarse que los grandes evasores no son más que un pretexto para que los pobres pidan la implantación de los grilletes que estrangularán su futuro.

Lo más triste es que quien advierta del peligro de la implantación del dinero electrónico y de lo que realmente representa, será rápidamente tildado de favorecer la evasión de impuestos de los más ricos y se le calificará de “defensor de las élites”.

CRISIS DE SEGURIDAD

Combinado con estos procesos, tenemos la posibilidad de que tarde o temprano se produzca algún tipo de crisis sanitaria global.

El concepto de una gran pandemia que necesite de un monitoreo estricto de toda la población, ya flota en el aire desde hace años, pues de forma sospechosa y cada vez más regular, estamos viendo la aparición de epidemias amenazadoras en pleno siglo XXI, como la Gripe A, el Ébola, el Zika y un largo etcétera de otras enfermedades menores que periódicamente saltan a la palestra como posibles amenazas globales.

La proliferación de historias de zombies afectados por terribles pandemias en cine y televisión estos últimos años, también sirven para asentar inconscientemente este concepto como una posibilidad factible entre la población.

Añadido a ello tenemos el creciente peligro del terrorismo global, una excusa perfecta para impulsar cualquier tipo de tecnología de vigilancia masiva, bajo el pretexto de garantizar la seguridad de la población y la persecución de los “malvados terroristas”.

Para que el miedo al terrorismo acabe calando realmente entre la población y se traduzca finalmente en una petición desesperada de control por parte de la gente hacia las autoridades, hace falta combinar un estado constante de desasosiego social (lo que estamos empezando a vivir ahora con el terrorismo yihadista), con algún posible gran impacto emocional, al estilo de los atentados del 11-s, que conmocione a la población global y la impulse a aceptar o incluso pedir estas medidas de seguridad y la pérdida de sus libertades como “mal menor”.

EVOLUCIÓN TECNOLÓGICA

Así pues, una vez conseguido el condicionamiento social de la población, llegará un momento en que el condicionamiento social, la implantación del dinero electrónico y la crisis de seguridad convergirán en un mismo punto que llevará de forma “natural” a la implantación masiva del microchip y ello se producirá cuando la tecnología necesaria para implantarlo haya evolucionado lo suficiente para que sea extremadamente cómoda, barata y fácil de aplicar, sin apenas coste social.

Y es que será la propia evolución de la tecnología en nuestro día a día la que marcará la llegada de ese momento, en que oficialmente, nos convertiremos en esclavos tecnológicos vigilados y controlados las 24 horas del día.

La sustitución de los teléfonos móviles por wereables cada vez más pequeños, acabará culminando finalmente en la muerte de los móviles y en la creación de dispositivos minúsculos, mucho más pequeños que esos microchips RFID del tamaño de un grano de arroz, que pronto nos parecerán tan anticuados como los primeros celulares del tamaño de un ladrillo.

Los minúsculos dispositivos los llevaremos implantados debajo de la piel, de forma imperceptible e indolora (sin necesidad de ninguna de esas terroríficas agujas) y nuestro propio cuerpo y nuestra propia percepción, serán utilizados como interfaz para relacionarnos con ellos, en un entorno de realidad aumentada que primero percibiremos de forma externa, quizás mediante minúsculas lentillas, y que poco después incorporaremos a nuestra propia percepción del mundo real, en el interior de nuestros propios cerebros.

Al principio, a nadie se le obligará a aceptar la implantación de ninguna de estas tecnologías en su propio cuerpo, al menos en las primeras fases de su implantación paulatina.

El instrumento utilizado para condicionar a los que se nieguen a llevar un chip de control o una conexión cerebral a internet, será la presión social, que calificará de “retrasados”, “obsoletos”, “retrógrados”, “paletos” y hasta de “locos paranoicos”, a todos aquellos que se nieguen a convertirse en “ciborgs” o “no-conectados”.

Prácticamente a quien se niegue a “conectarse” se le considerará un Amish que quiere vivir en el medioevo.

Esa presión social se irá combinando con la incomodidad creciente de los no-conectados a la hora de incorporarse a una sociedad cada vez más tecnificada y virtual, lo que redundará a su vez en su aislamiento social y en su clasificación paulatina como “elementos sospechosos, radicales, o peligros potenciales para la seguridad”.

Y en última instancia, si la presión social no fuera suficiente, la autoridad siempre tendrá un as en la manga: utilizar cualquier crisis, sea sanitaria o terrorista, para impulsar una implantación obligatoria de estos dispositivos en todos los ciudadanos.

Pero todo esto que estamos advirtiendo, no sucederá mañana. Ni la semana que viene, ni dentro de un año.

Se trata de un proceso paulatino, que durará varios años y que se apoya principalmente en el impulso de las generaciones más jóvenes, criadas desde su nacimiento para ser los esclavos sacrificables del futuro.

Y todo este proceso coincidirá temporalmente con una enorme transformación a escala global, a nivel social, económico y político, que llevará a la demolición del sistema actual y a la construcción de un nuevo paradigma.

Todos los líderes políticos que liderarán las diferentes fases de este complejo (y en algunos momentos tumultuoso) proceso, ya están ocupando sus posiciones y las pequeñas y grandes crisis de toda índole que llevarán a culminar esta transformación del planeta en una enorme prisión digital, ya están en marcha y las podemos ver a nuestro alrededor.

Desgraciadamente, aun hay una gran cantidad de masa adormecida que cree que todo esto es una fantasía conspirativa; pero quizás para ellos nada de esto represente un auténtico problema: al fin y al cabo, sus cerebros ya están más muertos que vivos…

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