17.7.21

Dos alternativas: Dejarse engullir por la situación o salirse de ella. Rendirse o rebelarse

 © SODOMA Y GOMORRA                                              

Rememorando el episodio bíblico donde se produce una devastación total sobre la población, quisiera hacer un paralelismo con las circunstancias presentes

En aquel hecho histórico, una buena persona intercedió ante el "poder" para ahorrar a sus congéneres la destrucción y sólo se le admitía en el caso de que presentara 10 personas justas que pudiera haber y al no tener éxito en la tarea tuvo que huir solo de la debacle preparada en la que sucumbieron todos

En términos actuales, quienes nos esforzamos para salir de la aniquilación anunciada por el poder, quisiéramos hacer extensivo nuestro anhelo a cuantos más mejor, pero parece una empresa inalcanzable dada la dificultad de acceder a las mentes alienadas de la mayoría, víctimas de la persuasión implacable a la que son sometidos.

El desconsuelo del personaje histórico es un reflejo de lo que podemos sentir actualmente todos aquellos que somos conscientes de la catástrofe en la que estamos inmersos y contemplamos horrorizados cuantos se dejan arrastrar de buena fe.

De acuerdo que cada uno es responsable de su vida y de sus actos y que nadie puede vivir por cuenta ajena, pero es mortificante asistir al espectáculo de personas inteligentes y sanas cayendo en la trampa más grande de la historia.

Lo más penoso y deprimente es que, al ser la gran mayoría que está cediendo todos sus derechos a "la autoridad", esto ocasiona que el mal nos abarque a todos: conscientes e inconscientes.

Si nos lo planteamos como un fin de ciclo o un final de época, no nos toca nada más que aceptar la situación, que "cada palo aguante su vela" y que sea lo que tenga que ser.

Pero este fatalismo está reñido con reconocer que no es una "hecatombe natural" sino una situación provocada por elementos supuestamente de nuestra propia especie y ante ello es necesario un posicionamiento para escapar.

Por muy grande que sea el poder que nos tiene agobiados, siempre hay resquicios por donde salir, posibilidades de actuar al margen. Claro que es imprescindible querer hacerlo.

Por lo tanto una vez somos conscientes de la situación necesitamos "creer" que somos capaces de hacer algo y buscar los espacios donde podamos movernos a nuestro aire.

De todos modos, hay que ser un número suficiente para actuar en consecuencia, sino parece que la maldición bíblica podría volver a producirse.

Dicen que la vida es un juego... o sea que nos acercamos al típico end game sin saber no obstante si tendremos la opción de volver a empezar la jugada.

En cualquier caso, sólo hay dos alternativas: Dejarse engullir por la situación o salirse de ella. Dicho de otro modo: rendirse o rebelarse.

SOMOS SILENCIO, CORDEROS

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Joan Martí - elcamidelavida@gmail.com

17 de julio 2021

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