8.12.21

Resignación y sacrificio por los otros aunque te jodan: Eso no es amor

 CONFUNDISTE ESPIRITUALIDAD CON TIBIEZA  

"Confundiste espiritualidad con tibieza. Con pasividad. Con sumisión. Con permitir lo que no es permisible… Quizá te vino bien. Y así sigues. A la deriva. Sin personalidad. Justificando lo injustificable. ¿Que el otro te falta al respeto? Pues perfecto, lo perdonas porque eres muy bueno y espiritual. ¿Que el otro te maltrata? Genial, hay que aguantarlo porque tú eres un ser de luz y solo das amor y comprensión. ¿Que el otro hace lo que le da la gana contigo y se permite cualquier cosa en tu presencia? No pasa nada, ahí estás tú con tu espiritualidad sumisa y obediente para decir “te amo, no pasa nada, las cosas mejorarán, sé que puedes cambiar”… 

El problema es que el otro no cambia. Y es lógico. Le diste permiso para campar a sus anchas en tu vida. Para opinar gratuitamente sobre ti. Para maltratarte de mil maneras como si fuera lo más normal del mundo ¿Qué esperas entonces? Pues eso: una y otra vez tendrás más de lo mismo. Por los motivos que sean has juzgado la energía masculina. No la has integrado. Y la parte amorosa y pasiva de la espiritualidad te ha venido de perlas para justificar tu victimismo y quedarte en modo “off”. Lo “bueno” que eres y lo malos y poco amorosos que son los demás, ¿verdad? Pues no. No es así. 

Te has alineado en la pasividad, en la resignación y en el sacrificarte por los otros aunque te jodan lo indecible. Y eso no es amor. Eso es falta de poder personal. Falta de dirección. Falta de autoestima. Falta de energía masculina, tan necesaria como la femenina. 

La energía del poder, del poner límites, del “hasta aquí”, del elevar el tono de voz cuando es necesario, del mirar con firmeza a los ojos del otro… La energía del no-miedo al conflicto. La energía de ser tú, aunque los demás no estén de acuerdo. ENERGÍA MASCULINA. En mayúsculas, para que la veas bien y dejes de una vez de juzgarla o arrinconarla, porque no integrarla va a arruinar tu vida y a mantenerte en el limbo de la inacción y la falta de personalidad.

Espiritualidad no es solo energía femenina. Es energía masculina y femenina bien integradas. Bien comprendidas. Bien empleadas. En equilibrio. Nada de “solo amorcito, comprensión, dulzura, empatía y cariñito y le perdonamos todo al otro” (exceso de femenino). Y nada de “paso por encima de todo el mundo y me convierto en un tirano sin sentimientos” (exceso de masculino) Te hablo de equilibrio. Y en ese equilibrio tiene que aparecer el masculino sí o sí para que tu vida no siga desequilibrada. 

Para que sepas poner límites y luchar por lo que amas. Para soltar las relaciones que ya no deseas en tu vida. Para encaminarte hacia tus sueños y realizarlos. Para respetarte y ser respetado. Para ser tú, en definitiva, sin miedo a que los demás no estén de acuerdo. ¿No están de acuerdo? ¿No te respetan? ¿Necesitan que seas como ellos quieren que seas? Pues los mandas a tomar viento. Eso es energía masculina. 

¿A qué viene que tú respetes al otro y el otro no te respete a ti? ¿Lo ves normal? Corta. Ponlo en su sitio. Dile que por ahí no, de ninguna manera. Y sigue tu camino. Sin culpas y sin remordimientos. A partir de ese momento, el otro ya sabe cómo tratarte. Y te pedirá disculpas si en verdad valora la relación contigo. Eso es poder personal. Eso es dirección. Eso es rumbo (y no deriva) en tu vida. Ese es el camino para integrar la energía masculina".

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(Me gusta este texto porque habla de cómo integrar la energía masculina con la femenina, lo firma Javier López Alhambra)

Llevo ya unos cuantos meses pensando en esto que hoy os voy a decir y que arranca con una pregunta: ¿Quiénes son los que no se han vacunado? 

Los que no se han vacunado son los genuinos espirituales, esos que anteponen el espíritu a la materia, son los que están dispuestos a servir a Dios antes que al dinero.  Estoy viendo con sorpresa cómo amigos a los que yo consideraba 'muy espirituales' de pronto se han vacunado, algo que me cuesta entender. 

El genuino espiritual no tiene por qué hacer prácticas espirituales, ni meditar ni nada, hay genuinos espirituales que pasan completamente desapercibidos. El genuino espiritual es el que sigue la estela de la verdad y no se somete al chantaje y a la mentira. 

No quisiera que esto que ahora acabo de contar creara una división más en vuestras cabezas, por eso os pido que interioricéis esto que para mí es muy importante: el que no se ha vacunado no es más que el que se ha vacunado, quiero remarcarlo, recordad que aunque la vida es la misma para todos, todos la vemos de forma distinta, no se puede imponer nuestra visión de la vida a los demás, lo único que podemos hacer es exponerla y que cada cual tome de esa exposición lo que crea oportuno.

Qué gran sorpresa cuando ves que a algunos amigos ya no puedes decirles nada porque se han cerrado a cal y canto, qué sorpresa también cuando ves que te estás distanciando irremediablemente de algunos familiares y amigos porque ya no es posible intercambiar con ellos ni media palabra. 

Veo cómo algunos están deseando que nos hagan la vida imposible a los no vacunados para así tener ellos la sensación de que les mereció la pena pincharse, en vez de reconocer que les han engañado. 

Más que una división de cuerpos lo que está habiendo es una división de almas, hay almas que han elegido ese camino y no se puede hacer nada para hacerles cambiar el rumbo. No obstante, que no se nos olvide que todos somos Dios aunque circunstancialmente estemos jugando papeles contrapuestos. 

Ellos vendrán juntos, aunque hayan sido separados.

http://enelamordelavida.blogspot.com/2021/12/confundiste-espiritualidad-con-tibieza.html

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