LA PROYECCION DEL NUEVO FUTURO
Ya todo depende de nosotros. Dos mil años de 
silencio e inacción frente a los horrores del mundo han hecho que 
empecemos a desconfiar de la bondad de Dios, considerando que es, al 
menos, indiferente. Sin embargo, esto no es así; la confusión surge de 
nuestro desconocimiento y de creer que Él iba a hacer las cosas por 
nosotros, mientras tan sólo lo adoráramos.
Personalmente, creo que ese Dios bíblico de los 
judeo-cristianos es un impostor, en cierto sentido. Creó la Tierra tal 
como la conocemos, o, para ser más exactos: creó las circunstancias por 
las cuales la tierra es como es. Su creación contradice la Ley Universal
 (Dharma), pero nadie cree en quienes hemos venido a corregir el error, 
ya que su maquinaria de poder y manipulación supera el alcance de la 
razón.
Además
 de esto, la verdad es demasiado grandiosa como para ser creíble. Cómo 
mostrale ahora a la humanidad que su Dios Yahve es un impostor, que 
somos monitoreados desde la Luna; que la Luna es, en realidad una nave 
gigantesca con un servidor, que siempre estuvo habitada y que nos 
dominan a través de nuestros centros emocional y mental.
Muchos reclaman: si aseguran eso y tanto quieren 
ayudarnos, por qué no vinieron antes… Lo hemos hecho. Vinimos hace 
350.000 años e intentamos, muchas veces, derrotar a la mentira, con 
éxitos parciales. Como no somos una raza exterminadora, no es difícil 
para el enemigo reconstruirse y encontrar nuevos idiotas a quienes 
convencer de sus patrañas. Siempre hay gobernantes dispuestos a la 
conquista.
Sin embargo, hay un punto de inflexión en todo esto y
 es que, una vez, que el individuo deja de ser controlado totalmente por
 el inconciente colectivo de la humanidad (el programa lunar), comienza a
 despertar a toda la realidad con rapidez.
Aún así, uno u otro vestigio de debilidad pueden 
retornarlo, también rápidamente, a una postura recesiva donde negará con
 furia la verdad que antes veía tan claramente. Esto es porque existen 
unos programas “reprogramadores” que actúan en determinadas 
circunstancias y con bastante efectividad.
Nuestro trabajo es mostrarle al individuo los hilos 
del titiritero, para que él mismo los corte a voluntad. Nosotros no 
hacemos nada por el paciente, excepto señalarle cuál es la enfermedad y 
dónde está el remedio.
El programa lunar, por su lado, incluye un recuento 
falso de la historia, no sólo del pasado, sino de acontecimientos tan 
cercanos como la Segunda Guerra Mundial. Algunos estragos del presente 
nos dan prueba de elementos que nos hacen dudar de la veracidad de la 
historia, pero mientras estamos dispuestos a ver con cierta facilidad lo
 que sucede con respecto a Siria, Afganistan, etc. no somos tan amplios 
cuando se trata de indagar la verdad acerca de los hechos de la segunda 
guerra.
En verdad que, para limpiar nuestra conciencia de las
 mentiras que han sembrado en ella, debemos barrerla por completo, 
comenzando por el Genesis y llegando a nuestros días, dudando hasta del 
Holocausto.
Las doctrinas orientales, por su lado, tienen más 
elementos de liberación que las judo-cristianas, pero el nivel de 
infiltración que han sufrido las hace merecedoras de una profunda 
reflexión antes de aceptarlas aunque sea en forma parcial.
Sin embargo nosotros no somos negadores de los “maestros”. No creemos en la adoración, porque ellos son iguales a nosotros.
Como asegura una escritura védica: “Nada por nada es superior a mi, todo incluído está en mí, como sarta de cuentas en hilo de collar”.
Concebir un universo jerárquico, piramidal, es parte 
de la falacia de la Kabalah; pues así es como ellos controlan sus 
posesiones (con nosotros incluídos)
Observen cómo funcionan las instituciones religiosas,
 los gobiernos, los bancos, las empresas y las fuerzas militares: en 
base a jerarquías y estructuras piramidales.
Ese es el arquetipo básico de la estrategia de la 
Kabalah: poder, competencia, piramidalidad… Donde la base de la pirámide
 somos, siempre, la mayoria sudorosa y sufriente.
La vieja nueva es que el universo no funciona por 
competencia ni por jerarquías. El universo funciona por solidaridad 
amorosa (comparte) y libertad absoluta de cada una de sus partes que 
comparte la energia/información/conciencia en forma igualitaria.
Desde el centro de todas las galaxias, hasta el 
centro de cada galaxia, hasta el de cada sistema, la 
energia/informacion/conciencia se traslada como en una gran red “wi-fi” 
tocando por igual a todos los seres… menos a los que están controlados 
por el programa de Yahve.
La humanidad tiene que reemplazar el programa lunar 
de Yahve, el inconsciente colectivo, por el programa del creador del 
Universo, el programa cosmico “Dharma”.
La acción individual se basa en la difusión de estas 
ideas y en el trabajo en uno mismo, el cual se trata sólo de ESTAR 
ATENTO, mantener “tibia” la conciencia, evitando que el programa 
emocional nos controle, evitando difundir ideas y creencias del 
arquetipo Yahve. Buscando el diálogo, la lectura y la asistencia a 
espectáculos edificantes. El contacto con la naturaleza es fundamental 
para este regreso a lo básico, incluyendo el programarse para 
desarrollar cierto tipo de agricultura.
El nuevo paradigma no implica la renuncia a los 
avances científicos, sino su uso racional y benéfico. Básicamente lo que
 puedas, personalmente, imaginar como un futuro feliz y avanzado, con 
recursos suficientes para todos.
No se necesita que pienses cómo se realizará este 
sueño. El ponerse a buscar cómo, nos pondrá de nuevo en las manos del 
demiurgo que controla nuestra mente. El acto de soñar es intuitivo y 
espiritual, es un acto de creación no de especulación.
Una vez que estemos sintonizados en la frecuencia del
 sueño positivo del futuro, las energías universales acudirán para 
hacerlo realidad. Otra gran mentira del demiurgo fue :”ganarás el pan con el sudor de tu frente”; cuando la verdad es que todo nos llega “por añadidura”, por el sólo deseo.
El futuro nos espera en la quinta dimensión, cuando 
podamos superar la visión del tiempo que obstaculiza nuestra mirada. La 
quienta dimensión es el plano de nuestras proyecciones, de nuestros 
sueños, el plano astral. Todo lo que imprimamos en esa dimensión quedará
 en espera de que la masa crítica de seres humanos sueñe en lo mismo. 
Entonces, se producirá el cambio.
Ya hemos impreso en el futuro la nueva realidad, 
donde impera la fuerza del verdadero amor universal, donde la vida no 
cesa, no hay enfermedades, ni violencia, ni sufrimiento, donde somos 
titanes creadores de nuevos universos. Esa realidad está allí esperando…
 a que tú llegues…
 https://centinelanocturno.wordpress.com/2015/10/23/la-proyeccion-del-nuevo-futuro/ 

Manos a la obra entonces...
ResponderEliminarManos a la obra entonces...
ResponderEliminar