14.2.24

Para cambiar las cosas no hay que pedir permiso. Hay que pasar a la acción

EL SECTOR PRIMARIO                            

REFLEXIONES DESDE LA TRINCHERA

Soy nieto de agricultores y ganaderos. Mi abuelo materno es el ser humano más fuerte y más sabio que he conocido jamás. Un hombre hecho a sí mismo que se enfrentó a la adversidad con valentía y sacó adelante a su familia contra viento y marea. 

En casa de mis abuelos nunca faltó un plato de comida, un techo donde cobijarse y una lumbre donde calentarse. Las vacas daban leche para hacer yogur y queso, las gallinas ponían huevos, una vez al año se mataba el cerdo o un becerro se despiezaba y se conservaba en sal. La tierra aportaba legumbres, hortalizas y fruta.

Alimentos sanos sin procesar. Del campo a la mesa. Cuando faltaba algo se intercambiaba con algún vecino mediante trueque o pago acordado sin impuestos, sin intermediarios. 

Mi abuelo jamás fue a la universidad, ni al instituto, ni siquiera al colegio. Pero construyó un hogar con sus propias manos. Piedra sobre piedra, sin estudios previos, sin títulos ni másteres. Hizo la cantería, la albañilería, la carpintería, la cristalería y la fontanería de la casa donde crió a sus hijos y vivió durante más de 90 años. 

Mi abuelo jamás solicitó o aceptó una subvención del estado y nunca consintió que los burócratas o los supuestos “expertos” le explicaran como tenía que cultivar la tierra o criar al ganado. Aprendió de sus padres (que a su vez lo habían hecho de sus abuelos) manteniendo una tradición ancestral y una sabiduría que ha pasado de padres a hijos durante generaciones.

Asisto a la «rebelión» del sector primario, apoyado por el transporte y la pesca. Para protestar contra la agenda 2030 y contra una forma de hacer política que pretende deliberadamente borrarles del mapa a través de impuestos y leyes diseñadas para tal fin. 

Pero la solución no pasa por pedirle al sistema un poco de benevolencia porque el sistema ha sido creado para la extorsión y el exterminio. En mi opinión la solución pasa por recuperar la autonomía y regresar a la esencia de los hombres que como mi abuelo y tantos otros se negaron a doblegarse y actuaron en consonancia con los dictados de su corazón y de su Alma. 

Establecer una línea de comercio directa del agricultor al consumidor, libre de impuestos, libre de intermediarios, al margen del estado y de las instituciones sería un primer paso para la creación de un nuevo paradigma libre y soberano. Pues para cambiar las cosas no hay que pedir permiso. Hay que pasar a la acción. 

Un abrazo enorme a todos los hombres y mujeres valientes que cultivan sus tierras y crian su ganado porque ellos son la esencia, ellos son el sustento.

La cabeza alta y la cara descubierta siempre. Energía y Rock and Roll.

Mártin Sánchez

https://loquepodemoshacer.wordpress.com/2024/02/13/es-tiempo-de-despertar-234-el-sector-primario-reflexiones-desde-la-trinchera-martin-sanchez/  

 

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