29.6.20

Alerta para los que aprecian la libertad, dignidad y trascendencia del ser humano

 © LA CALMA QUE PRECEDE A LA TEMPESTAD        

Se ha levantado el arresto domiciliario y todos volvemos a trotar por todas partes. Eso sí, bien identificados con la marca del bozal para que no nos olvidemos que seguimos controlados y que en el momento que crean conveniente nos volverán a retirar el derecho a movernos y ya no digo a tocarnos porque esto todavía no se ha recuperado del todo.

Es el sistema de la "rana hervida" para evitar que nos demos cuenta que nos la meten hasta el fondo. Yo mismo, que no me he puesto ninguna vez la mascarilla desde que nos intoxicaron con esta "plandémia", ya he renunciado a mi tarea solitaria y me pongo el bozal cuando hace falta para hacer más cómodo mi día a día.

Incluso he perdido el tino de seguir denunciando y hacer como aquel que "predicaba en el desierto". Cansa tener que repetir tanto y con tan pocos resultados a la vista.

Cuando venga la riada será el "sálvese quien pueda" y de nada habrán servido todos los escritos que he ido haciendo. Ni la satisfacción espuria de "yo ya lo dije" porque el aguacero nos dejará empapados a todos.


Sólo la sensación de no haberme dejado engañar ni haberme sometido, pueden colmar mi corazón y satisfacer mi alma.

Esta tregua en la que estamos es más punzante aun que las limitaciones que nos habían impuesto hasta hace poco, porque nos hace bajar la guardia; no como al principio en el que, al menos, estábamos motivados para sublevarnos.

No nos podemos distraer ni confiar lo más mínimo porque lo que nos viene encima puede ser enorme. Al menos que no nos coja desprevenidos: "Velemos porque no sabemos ni el día ni la hora en que el Señor vendrá..." Esta cita de la biblia puede ser una buena metáfora de la situación a la que estamos abocados 

Si no reaccionamos ahora, quitándonos los bozales y recuperando las muestras de afecto entre unos y otros, con los contactos personales de darnos la mano, abrazarnos, besarnos y bailar con alegría y confianza, estamos bien apañados.

Pensemos que el trato que nos espera, aparte de otro confinamiento por un supuesto rebrote del "coñavirus", será la oferta de vacunarnos para poder circular con cierta libertad y en el momento que nos "pinchen" seremos suyos definitivamente.

Entonces ya no valdrán revueltas ni quejas porque el acceso total que les habremos proporcionado "voluntariamente" nos dejará desarmados y a su merced en todos los aspectos, tanto físicos como mentales.

¿Por qué pensáis que están instalando a toda prisa un montón de antenas de 5G? Os lo venden como una gran mejora para las comunicaciones y es cierto pero por la misma vía son un acceso directo a tu interior que controlarán cuando os hayan inoculado el "nanochip" con las jodidas vacunas.

Alerta pues, mucho cuidado a dejaros abducir más de lo que ya han hecho hasta ahora por qué no habrá retorno posible, al menos, para los que aprecian la libertad, la dignidad y la trascendencia que el ser humano atesora y le sirve para vivir la vida con alegría, compartiéndola con todos los miembros de esta especie tan explotada.


SINGING IN THE RAIN
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Joan Martí - elcamidelavida@gmail.com
29 de junio 2020

1 comentario:

  1. El día que el mono permitió la comida, el agua y la cueva a que los dueños hicieran de ello su negocio, ese día nosotros dejamos de ser libres, como podemos decir que ahora luchemos cuando hemos dejado durante siglos que dirijan nuestras vidas? Con que cara miramos a nuestros hijos sabiendo que harán con ellos lo que hacen con nosotros? Que valor moral tenemos para decir a otros lo que nosotros no hacemos, seguimos esperando quien le pone el cascabel al gato, mientras el gato no deja de devorar ratones... habrá colas largas el día que digan de poner las vacunas, dices bien amigo, hablamos hace tiempo en el desierto, el borrego humano hace siglos que se perdió.

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