SÍ, EL GOBIERNO NOS ROBA
¿Alguien ha echado la cuenta de lo que pagamos los españoles
en impuestos a lo largo de nuestra vida? Pues sí, alguien se ha tomado la
molestia y lo ha calculado.
Según el estudio elaborado por Civismo,
un trabajador español medio, que trabaja desde los 18 hasta los 65 años, paga
en impuestos alrededor de 456.500 euros en IRPF, cotizaciones sociales, IVA,
impuestos especiales y otros gravámenes a lo largo de su vida laboral. Esto,
traducido a términos porcentuales, supone que el trabajador español medio paga
el 37,5% de sus ingresos a Hacienda.
Pero la cosa no termina aquí. Durante la jubilación (pongamos que se jubila a los 65 años y vive hasta los 83) paga aún más impuestos que cuando está en activo.
Según dicho estudio, un jubilado medio paga 128.700 euros en impuestos durante esos 18 años de jubilación. Esto supone un 15,25% más que añadir al 37,5% que pago durante su periodo de actividad laboral. Por lo tanto, el total de la carga fiscal asciende al 52,75% de sus ingresos, lo que supone una media de 585.200 euros que paga en impuestos durante toda su vida.La conclusión del estudio es que el contribuyente medio
español habrá entregado 27 años de su sueldo íntegro a Hacienda. Esto significa
que si empezó a tener ingresos a los 18 años no alcanzará su año de
liberación fiscal hasta que cumpla los 45 años de edad, que no es moco de pavo.
Y la pregunta inevitable es: ¿nos compensa dar 27 años de
nuestra vida a cambio de lo que recibimos? En mi modesta opinión creo que no.
Ni las mejores infraestructuras ni la mejor sanidad y
educación valen 27 años de nuestra vida. Pero ya nos gustaría que nuestros
impuestos repercutieran en esos servicios. Sin embargo, la realidad es que el
sueldo de esos 27 años nos es robado para ser malgastado en mantener a castas
privilegiadas y parásitos de toda índole entre los que se encuentran políticos,
militares, policías, banqueros, Estado, ONGs, 17 mini reinos de taifas y toda
una pléyade de pesebres diversos. Y esto sin tener en cuenta el peor de todos
los impuestos, la inflación.
Según el Instituto Nacional de Estadística, de enero 1.977 a
2.017 (40 años) la variación del IPC en España fue del 810% (si crees que
exagero puedes comprobarlo tú mismo en el enlace de la web del INE http://www.ine.es/varipc/index.do). Pues
bien. En estos 40 años los salarios y las pensiones unas veces han estado
indexados al IPC y otras no. Sin embargo, la pérdida de poder adquisitivo,
sobre todo para las rentas más bajas, se ha notado y mucho.
Para que nos hagamos una idea de lo que estamos hablando, en
el año 1977 un directivo cobraba unas 92.000 pesetas mensuales (553 €/mes); un
peón albañil, unas 20.800 pts./mes (125 €/mes) y el salario mínimo
interprofesional estaba en 13.200 pts./mes (79 €/mes). Si en estos 40 años los
salarios hubieran subido realmente en la misma proporción que el IPC, es decir
un 810%, un directivo tendría que cobrar actualmente 448.317 €/mes, un peón
albañil 101.337 €/mes y el salario mínimo interprofesional debería estar en
64.045 €/mes que, evidentemente, no se acerca ni por asomo a los salarios
actuales. ¿Te das cuenta el vil robo que supone la inflación?
Técnicamente hablando, la inflación se produce cuando hay
demasiada demanda para la oferta actual, ya sea porque la demanda está
subiendo, la oferta está bajando o ambas cosas. Naturalmente, la inflación es
mala para los activos con interés nominal cero, como es el caso del dinero en
efectivo no invertido. Así que por mucho que se empeñen los economistas en
desmentirlo, la realidad es que la inflación es un robo a mano armada y un
impuesto encubierto, donde las personas con rentas más bajas son las más
perjudicadas.
Que los ricos defiendan el actual sistema monetario es
entendible, pero lo que no entiendo es qué hacemos el resto jugando a este
estúpido juego en el que siempre gana la banca.
Malgastar 27 años de nuestra vida en pagar impuestos es la
cosa más estúpida y demencial que podemos hacer, ya que estamos colaborando a
mantener el estado actual de las cosas. Y no lo dudes: es una extorsión en toda
regla.
Por supuesto, la gran mayoría adoctrinada pondrá el grito en
el cielo con lo que acabo de decir. Dirá que sin impuestos no tendríamos
sanidad, educación, infraestructuras y un larguísimo etcétera. Pues bien. Esta
creencia popular, altamente extendida, simplemente no es verdad, pero ese es
otro debate.
El sueldo de 27 años de cada españolito es mucho dinero como
para cubrir con creces las necesidades de cada uno de nosotros. Entonces, ¿qué
hacen con nuestro dinero? Pues ya te lo digo yo: robarlo, malgastarlo y
utilizarlo para mantenernos donde estamos.
Si lo piensas, sólo hay un cáncer en nuestra sociedad
culpable de todos los males. Ese cáncer no es otro que el dinero, el cual ha
dado lugar a la cleptocracia: un sistema donde prima el enriquecimiento de unos
pocos a expensas del trabajo de muchos. O más concretamente: un sistema creado
por un puñado de “tíos listos” para robar a la inmensa mayoría de “tontos”.
Y ahora la pregunta inevitable: ¿Un mundo sin dinero es
posible? Pues claro que sí. Pero deshacerse del dinero sería poner el mundo
patas arriba, y no es precisamente lo que desean los que lo controlan, que no
son otros que los banqueros dueños del sistema monetario y, por ende, del
mundo.
Evidentemente, un mundo sin dinero significa eliminar el
intercambio monetario; es decir, billetes, monedas, tarjetas o criptomonedas
como medio de pago para obtener bienes y servicios. En su lugar la sociedad
tendría que organizar la producción, distribución y acceso a los recursos de
otra manera.
Hoy en día hay desarrolladas diferentes alternativas como,
por ejemplo, la Economía Basada en Recursos (EBR), popularizada por Jacque
Fresco y su Proyecto Venus; la Economía Colaborativa (EC), donde las personas
contribuyen según sus capacidades y reciben según sus necesidades o la Economía
de la Automatización y la Abundancia (EAA), en la que la inteligencia
artificial y la robótica cubran todas las necesidades humanas y todos tengan
acceso libre a los bienes y servicios básicos. Indudablemente, los dueños del
sistema monetario no quieren oír hablar ni por asomo sobre ninguna alternativa
a su sistema monetario por razones obvias.
Uno de los argumentos más utilizados para defender el actual
sistema monetario, es que en una sociedad global (que no globalizada) avanzada,
donde el dinero ya no existiera, ¿qué aliciente tendrían las personas? Pues,
¡menudo problema! Sencillamente, la motivación sería diferente: hoy colaboras
en un proyecto de investigación, otro día enseñas música a niños,… simplemente
porque te apasiona hacerlo o porque la comunidad lo necesita.
Obviamente, vivir en un mundo sin dinero no sería una utopía
mágica, sino el resultado de una magnífica educación cívica y siglos de
evolución ética y tecnológica, puesto que no se trata sólo de eliminar el
dinero, sino de cambiar la lógica que lo hizo necesario: la escasez, la
competencia y el control.
Sin embargo, sea cual sea la alternativa hay una cosa clara:
sin dinero este mundo estaría mejor.
¿Te has parado a pensar en los beneficios de la erradicación
del dinero?
Sin dinero no habría banqueros ni intermediarios
especuladores. Por supuesto, no serían necesarios los políticos, ya que no
existirían impuestos. Tampoco tendríamos inflación, derivados financieros,
fondos de cobertura y un sinfín de productos tóxicos engañosos. Y lo más
importante: no habría ricos ni pobres, así que adiós a las élites adineradas
(los “tíos listos”) que tanto daño hacen a la humanidad.
Pero me temo que, de momento, esto que acabo de exponer no
es más que una utopía, ya que, por desgracia, lejos de desaparecer el dinero
está evolucionando hacia algo completamente diferente a lo que
conocemos. Gracias a las nuevas tecnologías se está creando todo un nuevo
entramado financiero en el que los bancos centrales lo determinarán todo (ya
prácticamente lo hacen). Esta transformación se está llevando a cabo
sigilosamente y, como siempre, sin el consentimiento de la gente. Según sus
creadores, será un sistema monetario más “seguro” y “estable” y con el
mecanismo de control más sofisticado jamás visto.
Obviamente, no hace falta ser muy listo que digamos para
darse cuenta de que este nuevo dinero (las CBDC), que se promociona como
más seguro y eficiente, es una trampa mortal, ya que se podrá activar y
desactivar a voluntad de quien lo controla, además de ser rastreable y
programable. Por lo tanto, con el nuevo sistema monetario el gobierno ya no
necesitará engañarnos para robarnos. Ahora él tendrá nuestra billetera y sacará
de ella el dinero que le plazca y cuando le plazca.
Definitivamente, sí: el gobierno nos roba y nos seguirá
robando mientras nosotros lo consintamos.
https://pepeluengo2.blogspot.com/2025/11/si-el-gobierno-nos-roba.html

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