INTELIGENCIA ARTIFICIAL
Un monstruo creado para culminar la toma de control de la
humanidad
A raíz de las distópicas sandeces aceptadas mayoritariamente
por la población mundial durante la falsa pandemia, se ha ido confeccionando
todo un entramado de medidas de control, las cuales traerán, no tardando mucho,
la esclavitud total de la humanidad. Y aunque la mayoría de la gente ni
siquiera es consciente de ello, estas medidas ya han sido votadas, aprobadas y
puestas en marcha en prácticamente todos los países del mundo. Sólo es cuestión
de tiempo para que veamos su verdadera intención.
Con la llegada de la inteligencia artificial (IA) el proceso se ha acelerado de una manera exponencial. Y es que nos han convencido de que la IA hará un mundo mejor. Sin embargo, la IA –que bien podría ayudar a la humanidad en tareas burocráticas rutinarias- no es más que un lavado de cerebro y adoctrinamiento propagandístico, cuyo objetivo es convertir a los humanos en inútiles.
La IA está sustituyendo el talento natural por el “copia y
pega”, además de ser una herramienta de control extremadamente eficiente. Aquí
reside su verdadero valor para los oligarcas, que han visto en ella el “santo
grial” para llevar a cabo su agenda de despoblación, control y esclavización
total.
La UE acaba de lanzar la identidad digital y el euro
digital para que los ciudadanos europeos puedan identificarse, compartir datos
y hacer transacciones de forma rápida y segura (eso afirman). Pero tanto la
identidad digital como el euro digital programable son dos caras de la misma
falsa moneda: una identifica y controla, la otra permite o prohíbe existir
económicamente.
Oficialmente, tanto la identificación digital como el euro
digital se nos venden como nuevas herramientas tecnológicas que simplificarán y
harán más cómoda y segura la vida de los ciudadanos. Sin embargo, la realidad
es que estas herramientas fusionarán todas las facetas de nuestra existencia:
nuestra salud, dinero, crédito social, viajes, huella de carbono personal,
vacunas, situación fiscal, etc. Obviamente, a partir de que estas nuevas
tecnologías entren en funcionamiento todo se volverá controlable y programable.
Si esto se llegara a implementar -y se implementará- un simple exceso en cualquiera de las infinitas restricciones
que tendremos que soportar (sanitarias, climáticas, alimentarias) bastaría
para bloquear cualquier transacción económica que quisiéramos hacer en ese
momento. Si, por ejemplo, nos hemos excedido en la cuota de CO₂
que tenemos asignada para cada mes o hemos generado más residuos del cupo que tenemos establecido, podría ser que al ir a cargar el coche eléctrico la máquina expendedora
rechazara la operación. En definitiva, todo un nuevo control social totalitario
-adornado de comodidad- del que no podremos escapar.
Mientras la gente está distraída con toda una sarta de
sandeces, a cada cual más estúpida, está pasando por alto el tema más crucial
de nuestras vidas: la usurpación de todo cuanto concierne a nuestra existencia.
La identidad digital dará paso al confinamiento algorítmico
y al encarcelamiento tecnocrático digital. Esto supone el fin de la libertad,
la propiedad privada y muy posiblemente el fin de la humanidad tal como la
conocemos. Por consiguiente, nos convertiremos en esclavos a perpetuidad de una
clase dominante tecnocrática miserable.
No nos equivoquemos, esto no es progreso, sino un cambio
radical para mantener a raya a la sociedad. Lo que estamos viviendo no es más
que la culminación inminente de un plan llevado a cabo por las élites durante
generaciones para la dominación global, y la tecnología se lo ha puesto a
huevo.
Desde la aparición de la tecnología la humanidad está siendo
controlada por un sinfín de nuevas herramientas cada vez más sofisticadas. Pero
permitir la identificación digital, el dinero digital y la digitalización de
todo lo que nos rodea representa el mayor riesgo al que nos enfrentamos. Si lo
consiguen, todo lo demás resultará irrelevante, ya que el control total estará
asegurado y no habrá vuelta atrás.
Esto no es una teoría de la conspiración, sino una
conspiración real en toda regla contra la humanidad. La única solución reside en que emerja una masa crítica suficiente de
personas que tomen conciencia de no someterse ni obedecer. Sólo de esta
manera los gobiernos y la clase dominante dejarían de oprimir a las masas.
Evidentemente, esto no implica la participación de todos, pero sí el de un
número suficiente de personas valientes que lleven a cabo la acción unánime de
desobedecer. Porque si esto se llegara a producir, ten por seguro que
inmediatamente después este movimiento sería secundado por las masas.
¿Difícil? Pues claro que sí, ya que deshacerse de la
manipulación, las ideologías y la propaganda que durante siglos hemos sufrido no
parece tarea fácil. Sin embargo, nunca ha habido un despertar de la gente como
ahora. Creo que esa masa crítica de personas despiertas ya existe y es
suficiente. Sólo necesitan salir de su zona de confort y el coraje necesario
para pasar a la acción, porque el tiempo se acaba.
Se trata de que esa masa crítica de personas valientes
(cientos de millones) empiece a ignorar, desobedecer y no acatar ningún mandato
o ley del gobierno que atente contra la integridad de las personas y la
verdadera libertad. ¡Nada de identificación digital! ¡Nada de dinero digital!
¡Nada de agenda verde! ¡Nada de vacunas obligatorias! ¡Nada de mandatos
climáticos! ¡Nada de tiranías sanitarias! ¡Nada de estúpidas guerras! ¡Nada de
armas de destrucción masiva! ¡Nada de votar a partidos políticos!... Si esta
resistencia fuera capaz de mantener su postura el tiempo necesario se lograría
parar esta locura.
Luego, si no queremos volver al punto de partida deberíamos
deshacernos del Estado y del sistema monetario y financiero de los bancos, cosa
crucial para cambiar de paradigma. Esto no tiene por qué implicar renunciar a
las cosas que funcionan. Pero no abolir el Estado por completo, con todo su
poder, significaría volver a claudicar por cobardía, ignorancia o indiferencia.
Todos aquellos que pasan de estos temas no son conscientes
de que estamos a punto de quedarnos sin nada. No saben que si no reaccionamos
ahora el futuro que nos espera será convertirnos en humanoides totalmente
dependientes de la tecnología. Y no es que la tecnología sea mala, al
contrario, es una herramienta muy útil para el hombre. Pero digitalizarlo todo
es un peligro para nuestra autonomía. La decisión es nuestra y sólo nuestra:
vivir en libertad, o vivir en una cárcel digital sin rejas de la que no
podremos escapar.
Pero ahora intenta explícarselo tú a toda esa gente que anda
enganchada a la IA, que ya no sabe ni quiere vivir sin ella.
https://pepeluengo2.blogspot.com/2025/12/inteligencia-artificial-un-monstruo.html

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