10.6.20

¿Lo vamos a permitir? ¿O en algún momento vamos a plantarnos y decir “basta”?

LAS FASES DE NUESTRA ESCLAVITUD                                        

Desde el primer momento me di cuenta de qué iba la película de todo este chantaje biopolítico que estamos viviendo, que no es otro que aceptar la vigilancia y el control digital total por parte del poder. Me parece tan obvio que casi parece estúpido explicarlo, pero quizás sea debido a que llevo años leyendo sobre estos temas y ya estaba algo curtida en otras batallas.

Todo gira en torno a la aceptación y la sumisión a las estúpidas apps, a la obsesión el Big Data y el abandono de los derechos de protección de datos y circulación; todo con la excusa de un virus, en teoría nuevo y muy contagioso. Sabían que de otro modo jamás entregaríamos nuestras libertades.

Estas son las fases que intuyo que vamos a vivir si no paramos esta locura, las primeras dos ya las hemos vivido o estamos en ello:


Primera: aceptar el arresto domiciliario de todo un país salvo para comprar comida. Aceptar perder el trabajo, perder la salud y la sanidad, perder los colegios. Aceptar la deshumanización de lo sucedido en residencias y la desatención a los enfermos. Aceptar la medicina de guerra, el hospitalocentrismo, los tratamientos experimentales y la yatrogenia. Corralito sanitario y cierre de centros de salud y especialidades.

Segunda: aceptar la mascarilla obligatoria. Esta es la medida psicológica de sumisión que sirve para ver el nivel de obediencia de una sociedad y aceptar todo lo que viene después.

Tercera: aceptar la geolocalización constante y la app del COVID-19 para rastrear y aislar “contactos”
, contagios, enfermos y personas “asintomáticas”. Nos dicen como a niños: “Si no queréis ser confinados como en las plagas de otros tiempos tenéis que aceptar esto otro”. Eso se llama chantaje y grilletes digitales.
Cuarta: aceptar la vacuna obligatoria.

Quinta: aceptar los carnets de inmunidad que dan o quitan derechos según lo diga un test cuya fiabilidad es muy cuestionable.

Sexta: aceptar el crédito social de estilo chino en el que los ciudadanos ganan y pierden puntos según su relación con el poder estatal y la dictadura total. Es algo que vulneraría nuestra Constitución pero, ¿a quién le importa eso en tiempos de la nueva normalidad?

Séptima: aceptar la eliminación del dinero en efectivo, aceptar el corralito digital que supone que el dinero dejará de ser tuyo y siempre estará en manos de los bancos.

Octava: ¿aceptar el chip RFID insertado en la piel o un tatuaje “inteligente”?
Intuyo que las principales fuerzas políticas se irán turnando en la implementación de cada una de estas fases. Cuando un partido en el poder se queme, el siguiente continuará el trabajo.

¿Lo vamos a permitir? ¿O en algún momento vamos a plantarnos y decir “basta”?

Tania Gálvez - https://www.lasinterferencias.com/

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