20.11.23

Una interpelación que nos hace la vida para enderezar nuestro camino o elegir otro.

© LA SOLEDAD: ¿Opción o condición vital?

De entrada dejar constancia que nacemos y morimos solos, por tanto parece que la tan debatida soledad es algo inherente a nuestro existir.

También podemos recordar la sentencia: ¿Qué es mejor solos o mal acompañados? Sin embargo, en la práctica, no paramos de buscar compañía y nos quejamos si nos encontramos solos.

De acuerdo que la vida está llena de contradicciones, dilemas, dualidades... Quizás es el sistema cómo hemos sido creados o cómo hemos ido evolucionando (¿degenerando?)

La cuestión obvia es que no acabamos de hallar la fórmula adecuada: ¿Solos? ¿Acompañados? Ambas situaciones tienen sus pros y sus contras y no cesamos de darle vueltas.

Si contemplamos la vida en su totalidad nos daremos cuenta que está compuesta de muchas partes, de muchos ingredientes, algunos de ellos contradictorios a primera vista pero que siempre cumplen una finalidad, siempre suponen el componente de alguna situación imprevista.

Lo primero que debemos tener siempre en cuenta es: aceptar la realidad, aceptarnos tal como somos, aceptar lo que nos pasa, aceptar donde quiera que estamos... ACEPTAR, siempre ACEPTAR!

Después vendrá elegir, decidir, cambiar... cualquier cosa que queramos en nuestra vida, pero antes hemos de aceptarla, lo que nos permitirá optar a mejorarla, cambiarla o eliminarla.

Se ha dicho por activa y pasiva que no podemos ir en contra de la realidad, por eso toda la energía que dedicamos a resistirla es un desperdicio pues lo que rechazamos lo reforzamos.

Otro concepto que se aviene a estas reflexiones es el equilibrio. Ir siempre en busca del término medio: “Nunca demasiado de nada” y en el caso de la soledad pensar en lo de “juntos pero no revueltos” y por ello hay que definir los espacios propios y los compartidos en cualquier relación.

Tener siempre en cuenta el equilibrio, en todo lo que hacemos o pensamos, es la forma de sentirse bien y en la senda adecuada de la vida.

No nos ofusquemos con la soledad. Es una situación a la que podemos ir a parar por diferentes motivos. Más bien sintámosla como una interpelación que nos hace la vida para enderezar nuestro camino o elegir algún otro.

La vida es una sucesión de estados físicos y anímicos: Despiertos-dormidos, Energizados-cansados, Solos-acompañados, Contentos-tristes, Hambrientos-saciados, Inspirados-desmotivados, etc., etc. y cada estado en el que nos encontramos nos pide una actitud para hacernos cargo del mismo.

Hasta ahí tenemos dos conceptos definidos para movernos por la vida: Aceptación y Equilibrio. Y para poner la guinda, debemos mencionar el tercero, que remata el triángulo mágico: El Amor.

Tres conceptos complementarios pero que suponen una gradación que comienza en la aceptación, sigue en el equilibrio y culmina en el amor. El amor que contiene todos los demás.

Retomando el tema del escrito, cabe decir que la soledad no es más que una situación en la vida a la que, si queremos, podemos aplicar la fórmula del “triángulo mágico” y ¡ver qué nos sale!

Y es que no hay nada del todo bueno o malo, sino adecuado para determinadas situaciones en las que la vida interactúa con nosotros para hacernos tomar las decisiones que nos corresponden en cada momento.

¡O así me lo parece!

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Joan Martí – elcamidelavida@gmail.com  – 20 noviembre 2023

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