9.11.23

La visión del hombre sometido, desorientado y torpe provoca una gran compasión.

© UNA MIRADA SOBRE EL HOMBRE ACTUAL

Visto desde fuera, la situación del hombre actual es muy digna de compasión. Asediado, lleno de dudas, desnortado y sin ningún asidero para poder reponerse un poco de los embates que le vienen de todos lados.

En todas las épocas ha tenido que “buscarse la vida” de la mejor manera que ha sabido (y podido) pero es que hoy en día, carente de las creencias que antes suponían un cierto confort frente a los misterios y obstáculos de la vida, la tarea se vuelve inaprensible dado el desaguisado que reina en todos los órdenes.

Bien “él se lo ha buscado” podría decir algún listillo de pega. Lo cierto es que, a pesar de concordar con el dicho de que "no se te plantea ningún problema que no puedas resolver", en esta época parece que nos hayan vertido literalmente el cubo de la basura encima.

Estamos en un punto en el que damos pena, en el buen sentido de la expresión. Estamos completamente exprimidos y desposeídos en cuanto a valores y virtudes consuetudinarios del ser humano.

Rodeados de un permanente alud de distracciones y entretenimientos fútiles nos van apartando de lo que es importante en la vida y haciéndonos olvidar todo lo necesario para nuestro espíritu y bienestar.

No hace falta buscar responsables, pero esa lamentable visión del hombre sometido, desorientado y torpe provoca un sentimiento de compasión máxima.

¿Dónde queda lo de nuestra misión en la vida? Cómo asistir imperturbable al derrumbe de todo lo que da sentido al hombre y que es su razón de ser: dignidad, conciencia, entendimiento, fortaleza, confianza, etc., etc.

En medio de esta impetuosa riada que lo deja todo anegado y disperso, no se trata de repartir “culpas” sino de abrir un paréntesis de calidez para apoyar al hombre que se encuentra perdido y desorientado.

Es una verdadera catástrofe, de la que con mayor o menor intensidad, todos estamos afectados y expuestos a salir bastante maltrechos.

Que quizá lo dramatizo demasiado, quizás sí. Todo depende del concepto en el que tengamos lo que está en juego: nuestra esencia humana.

Visto de fuera, debemos parecer un banco de pececitos recogidos en una gran red dentro de la que nos seguimos moviendo pero sin poder salir a la espera de que nos saquen del agua y entonces sí que ya no habrá que sufrir por nada más. ..

En fin también puede ocurrir que la “red” se desgaje y podamos salir nadando en todas direcciones hasta que nos vuelvan a echar otra encima.

No necesitamos vivir angustiados pero tampoco ignorantes de lo que ocurre a nuestro alrededor porque nos jugamos nuestra idiosincrasia.

Para terminar una nota de optimismo: Nos podrán aniquilar en todos los aspectos, pero nuestro ser verdadero es intocable y está al margen de todas las vicisitudes.

O así me lo parece

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Joan Martí – elcamidelvida@gmail.com – 9 noviembre 2023

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1 comentario:

  1. Buen dia, pues estoy de acuerdo en que esta sociedad perdió el rumbo, los principios y valores, y más que testosterona, coraje, y valor, de lo que más carece es de ETICA y HONOR, y valor, ese valor como ser humano del que nos habló Al Khawarizmi, precisamente ya mande la encomienda a mi maestre Blas para el nuevo post EL MANANTIAL que gracias a FLOR pude descubrir esta genial película donde hay sobre todo 4 escenas como si fueran el póquer perfecto y dicen todo y más, en fin el hombre actual como dice Joan, no a cambiado mucho del de hace décadas y centurias, al igual que siempre existieron esos hombres y mujeres que mantuvieron por siempre su gran valor y personalidad como así nos muestra la historia de Howard Roark

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