24.11.23

No ahorramos sufrimiento en el mundo por estar siempre sufriendo por cualquier cosa

© LAS LUCES YA SE VAN ENCENDIENDO

Como si nada estuviera pasando y siguiendo la tradición, ya se van preparando las luces que están listas para el encendido que todo lo iluminará y nos dejará a todos embobados.

Como cada año ya está lista la polémica sobre su idoneidad (y su coste). Opiniones las hay para todos los gustos. Desde aquellos megalómanos que pretenden una proyección en el espacio hasta los tacaños que regatean cada lucecita.

Estamos de acuerdo en que el motivo del despliegue luminoso tiene el sustrato comercial correspondiente pero al mismo tiempo los entes públicos se sirven de ello para distraer al personal de sus quebraderos de cabeza cotidianos.

Dicho esto, ¿qué podríamos sacar de provecho de este aparente desenfreno en unos tiempos en que todo parece que se está yendo al garete?

Yo el año pasado ya dije la mía en el escrito “Que son fiestas de alegría” y actualmente me reafirmo en lo que expuse aunque quisiera añadir otras reflexiones.

En el artículo que publiqué en mi blog El Camí de la Vida sobre el Calendario Sekki aparecen pensamientos que quiero enlazar con el tema de lo que hoy querría hablar. Una de ellos es el siguiente: Dejar que ocurran cosas y observarlas es, en el imperio de la prisa, revolucionario.

Sí, nos hacen embobar con tantas lucecitas pero a nuestro cerebro ya le conviene hacer un reset temporal para darle tregua hasta retomar las preocupaciones de todo tipo que lo tienen bien amargado.

Así que ¿hay que “evadirse” aunque sea temporalmente? Al menos, es un pequeño bálsamo que nos irá bien porque nos dará tiempo para replantearnos las “estrategias vitales” necesarias.

Tal como también decía el año pasado: "es una evasión temporal, incluso artificial, pero la magia hace su trabajo y nos sustrae de miedos y penas llenándonos de gozo y risas".

Y aún más: “Nuestra alma, tan asediada por las constantes agresiones con las que nos “deleitan” quienes tensan de los hilos en la sombra, respira y se ensancha en este tiempo de hechizo.”

Por eso... “Nada ni nadie puede privarnos de la alegría de reunirnos felices, compartiendo lo que somos con todos los que nos rodean. Una comunión que nos aparta de pensamientos inhóspitos y alimenta el alma con una genuina alegría y bienestar que nos refuerza y prepara para lo que venga”.

Acabando así... “En la vida hay que volcarse y coger todo lo bueno y escabullirse de lo que no sea placentero (siempre que se pueda). Nuestra tarea es ser felices buscando lo mejor de lo que la vida nos ofrece... siempre con nuestra mayor gratitud”.

Deberíamos admitir pues que no es bueno sufrir de balde, porque no ahorraremos sufrimiento en el mundo si nosotros estamos todo el rato sufriendo por cualquier cosa y más si no está a nuestro alcance hacer nada.

Díganme egoísta, insensible o lo que quieran pero hay que nadar y guardar la ropa o lo que es lo mismo: ¡Disfrutar de todo lo que se pueda que los sufrimientos ya se presentan solos!

O así me lo parece

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Joan Martí – elcamidelavida@gmail.com – 24 noviembre 2023

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