LA ELECCIÓN DE UNA VIDA MEJOR
Por supuesto, también formo parte del pueblo pero ya no se trata sólo de la ilusión de compartir la misma tierra bajo nuestros pies. Ya no nos unen los mismos ideales, los mismos valores, las mismas ambiciones, ni el significado que le damos a la palabra Humano. La división ya es demasiado profunda y mi única lucha ahora es iluminar a las últimas almas vivas que, como yo, se niegan a mezclarse con la masa de esta sociedad enferma.
Pero más allá de escribir mis libros, me concentraré en lo que mejor hago y lo que me hace feliz, es decir, mi trabajo como magnetizador taumaturgo. Porque ante este mundo en decadencia, me parece que el único camino honorable es ayudar lo mejor que pueda a quienes aún lo desean. Sanar, calmar, restaurar la energía y la vitalidad de quienes aún saben que vale la pena vivir, incluso en este contexto caótico, es por definición la esencia misma de la vida en la Tierra.