15.3.22

La pregunta no es si debemos avanzar o no, sino hacia dónde, cuál es nuestro objetivo

EL TRANSHUMANISMO: Un desprecio de los humanos

La voluntad de transformarlo todo alcanza hoy su última frontera: el hombre mismo. Esta es la observación de François Bellamy, filósofo y eurodiputado, en el Osservatore Romano.

Si nada nos conviene en la realidad, el hombre mismo debe transformarse porque el sueño del transhumanismo no es más que el proyecto de este cambio aplicado al propio autor del cambio: se trata de superar las fronteras que limitan su movimiento, de eliminar las rigideces, las cargas de la vida humana. (El significado de los límites)

Dos grandes límites: el sexo y la muerte

Los dos grandes límites que estamos tratando de superar son los que los humanos han experimentado y quienes los han experimentado desde la noche de los tiempos: el sexo y la muerteLa primera frontera es el sexo, porque la alteridad sexual significa que no puedo ser el 'todo' de la humanidad, que no puedo dar vida solo. Y la segunda es la muerte: ya no se trata de repelerla con la medicina, sino de abolir definitivamente la muerte orgánica, la muerte del cuerpo. 

El transhumanismo es ante todo un desprecio de lo humano porque querer cambiarlo todo es odiar lo que somos, lo que hemos recibidoEsta esperanza de progreso es en realidad sólo el síntoma del desprecio que expresamos hacia el ser humano, si es necesario un humano 2.0 es porque el humano 1.0 no es suficientemente bueno.

El fracaso previsto del transhumanismo

La guerra del hombre contra lo humano que es el transhumanismo está condenada al fracaso, porque nunca se detendrá. Si ya no tenemos un objetivo preciso que alcanzar, solo podemos estar estructuralmente insatisfechos con el punto al que hemos llegado: después de Human 2.0, tendremos Human 3.0, tal como tuvimos la primera versión de Human con el que todos éramos admirados hace quince años y que hoy nos haría quedar en ridículo.

La tecnología reemplaza constantemente sus propios productos y crea así una insatisfacción estructuralserá lo mismo para los humanos. Nunca tendremos suficiente, nunca estaremos plenos y ya no podremos habitar la experiencia que se nos ha dado.

¿Gestionar lo inevitable o defender una reforma porque es justa?

Lo que me llama la atención en el Parlamento Europeo es que no hay debate sobre los propósitos. Se trata sólo de gestionar lo que siempre se califica de  'ineluctable'.

Sin embargo, no debemos defender una reforma porque sea necesaria, sino que debemos defender una reforma porque es justa, porque es buena, porque sirve a una idea del hombre, de su felicidad, de su bien

La pregunta que debemos hacernos no es si debemos avanzar o no, sino hacia dónde ir, cuál es nuestro objetivo

La política empieza ahíElecciones presidenciales 2022: primeras posiciones tomadas en materia de bioética ).

Fuente: Osservatore romano, Alessandro Vergni (20/01/2022) 

VISTO EN: https://nouveau-monde.ca/francois-xavier-bellamy-le-transhumanisme-est-dabord-une-detestation-de-lhumain/  

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