LA COMODIDAD MATA
Vivimos en una época donde la ilusión de libertad es más
poderosa que nunca gracias a la hipnosis del confort moderno. La apariencia de
democracia, libre albedrío y elección esconde un sistema mucho más insidioso de
lo que puedas imaginar.
La escuela, esa institución que creemos pilar de la educación, en realidad no es más que una herramienta de condicionamiento masivo de las personas. Nos prepara no para pensar libremente, sino para convertirnos en engranajes dóciles de una máquina que se alimenta de nuestra ignorancia y sumisión. Es una fábrica de seres pasivos, dispuestos a aceptar un mundo construido por otros sin cuestionarlo jamás. Y ahí radica el meollo del problema: somos esclavos de un sistema que nunca hemos intentado comprender realmente. Pero ha llegado el momento de abrir los ojos.
La escuela es sólo una gran máquina para formatear mentes y
nunca ha tenido el objetivo de educaros. No, te enseña a obedecer, a no hacer
preguntas que puedan perturbar el orden establecido por los oligarcas y a
seguir ciegamente directivas, cada una más estúpida que la anterior. Su
presentación es su garantía de éxito. ¿Para qué sirven los diplomas sino para
comprobar que estás repitiendo palabra por palabra lo que te han enseñado? En
este contexto, un graduado es ante todo un formateado, un loro perfecto y una
herramienta acorde a sus deseos.
Además, ¿por qué se arriesgarían a enseñarte algo que podría
liberarte y, por tanto, hacerles caer? No, prefieren llenarte la cabeza con
verdades premasticadas, condicionarte para que permanezcas bajo su control,
dócil y manipulable a voluntad. ¿Piensas por ti mismo? Esta es una idea
demasiado extravagante y peligrosa para un sistema que sólo se alimenta de tu
ignorancia, pero que, sin embargo, aceptas a diario. ¿Cuál es el horario de
lunes a viernes de 8 a 12 y de 14 a 18 si no formateo para fábrica? Y no creo
que los multimillonarios mantengan ese tipo de horario...
Y tampoco penséis que esta manipulación empieza en la
escuela. Las creencias políticas o teológicas también han estado arraigadas en
vosotros durante generaciones, como un veneno hereditario que se transmite de
padres a hijos. Incluso tu alma está distorsionada por siglos de
condicionamiento, hasta el punto de que ya no sabes a quién acudir en caso de
un duro golpe, ni a qué Dios recurrir.
Pero, si realmente quieres evolucionar, descubrir
verdaderamente tu propia humanidad, entonces prepárate para sufrir, para salir
de tu ilusoria zona de confort, porque cuestionar lo que siempre has tomado
como verdad duele. Incluso duele mucho darte cuenta de que has sido engañado
tan profundamente y durante tanto tiempo...
Y como dijo Mark Twain: "Es más fácil engañar a
la gente que convencerla de que han sido engañadas", porque
la gente siempre ha tendido a preferir creer en una ficción que les conviene,
antes que reconocer una verdad que les molesta.
Primero respira profundamente, porque el camino hacia la
verdad es duro y probablemente querrás rendirte a cada paso. ¿Y por qué?
Simplemente porque has sido condicionado para hacerlo, te han enseñado a no
pensar por ti mismo, a dejar siempre que otros decidan y hagan las cosas por
ti, desde tu primera infancia. ¡Incluso te han enseñado que cualquier autoridad
o jerarquía (un profesor, un político, un médico, un jefe, un sacerdote) tiene
la verdad absoluta mejor que tú! Que locura....
Porque una vez formateado, dispuesto a amar la ociosidad más
que la búsqueda de conocimientos, el descanso más que el desafío de ver hasta
dónde llegan tus capacidades, la comodidad personal más que la búsqueda de lo
mejor para todos, ¿para qué cansarse de comprobarlo uno mismo cuando es
necesario? ¿Es tan fácil vivir en la tranquilizadora ilusión de una mentira
bien envuelta? ¡Y esa es la trampa! Es esta facilidad. No sabes nada, pero estás
convencido de que sabes lo suficiente como para no dudar nunca. Peor aún, tu
negación habitual incluso te convierte en dóciles soldaditos que siempre están
dispuestos a luchar para permanecer en esta prisión mental. Por eso ahora
incluso ofrecemos inteligencia artificial. Pero, sinceramente, ¿cuándo fue la
última vez que cuestionaste siquiera una de las “verdades” que te enseñaron con
fórceps?
En realidad, tampoco es todo culpa tuya. El verdadero
problema es que sólo te han enseñado a obedecer, no a pensar. Desde tu infancia
has estado dormido, hipnotizado, formateado, canalizado para seguir sin
comprender. Crees que eres libre, pero cada decisión que tomas está dictada por
automatismos que han sido programados en tu cerebro. Y para los que más se resisten
a mi discurso, pregúntense qué pueden hacer libremente sin impuestos ni
sentencias y ¡lo verán! Aparte de caminar, no te queda mucha libertad en este
mundo.
Estás en una ilusión de libertad, en un trance hipnótico,
como un zombi en una sociedad que dicta qué hacer, qué pensar, quién ser... Y
nunca reaccionas. Lo aceptas todo, lo soportas todo, porque han amordazado tu
capacidad de razonamiento crítico, tu espíritu de libertad y de empresa, tu
humanidad en definitiva. Dejas que esta habilidad se desvanezca por sí sola y
prefieres dejar que otra persona piense, actúe e incluso hable por ti. Porque
pensar es muy incómodo. Cuestionando, molesta mucho a tu demonio. Y esta es la
gran estafa de las élites, ya que os convencieron de que sacrificar vuestro
libre albedrío -Divino- era la "norma" de su mundo, donde todo debe
ser suavizado y cuantificable, incluso loable según sus criterios, para que
puedan seguir enriqueciéndote a costa de ti.
Las mentiras que circulan por la televisión, esas verdades
“oficiales” que uno se traga sin siquiera plantearse la más mínima pregunta,
son sólo programas mentales diseñados para mantener al rebaño unido. ¿Guerras?
Se os han vendido durante 1.000 años como batallas heroicas por la democracia,
la seguridad y los derechos humanos. Pero abre los ojos por un momento, ¿dónde
en tu vida diaria están esas virtudes por las que morimos? Y si realmente crees
que estas guerras lejanas no te conciernen, que no tienen nada que ver contigo,
piénsalo de nuevo. No están ahí para proteger tus intereses, todos están
dirigidos contra ti, contra tu conciencia, tu lucidez, tu libertad y tu
capacidad de ser autónomo. Son la máxima expresión del poder financiero que
quiere dominar nuestras vidas, un poder que se nutre de tu miedo y tu
ignorancia, hasta el punto de enviarte a luchar contra extraños al otro lado
del mundo, en lugar de quedarte aquí para proteger tus hijos de su infamia. Y
por si fuera poco, atacan tu poder adquisitivo, ¡para que no nos movamos! las
multas son permisos con buenos puntos de conducción: 135 € es el 10% del
salario mínimo, por lo tanto 1 punto perdido durante el mes, después de 10, ¡te
vas a casa por falta de dinero para alimentarte!
Cada bomba lanzada, cada discurso político
pronunciado, cada “noticia de última hora” repetida es un arma en esta guerra
invisible que se desarrolla en tu cabeza. Y mientras aplaudes o tiemblas frente
a la pantalla, no logras ver que el verdadero campo de batalla es tu mente. Te
alimentan con historias diluidas, falsos dilemas, miedos y enemigos inventados,
para mantenerte en un trance colectivo, en este estado dócil de estar sujeto al
sonido emocional en el que ya no haces preguntas racionales y vas a trabajar
como un zombi abrumado para pagar por los delirios de estos parásitos. De
hecho, ¡el verdadero enemigo a neutralizar eres tú!
Porque mientras permanezcas hipnotizado, sumiso e incapaz de
cuestionar tu papel en esta Tierra, ellos podrán seguir moviendo los hilos de
tu vida sin la más mínima resistencia. Y por supuesto, los pocos despiertos,
los que no se han adherido a esta doctrina suicida, sufren el peso de esta masa
sin cerebro de la que sois un elemento.
También te vendieron la idea de que era sabio renunciar a
tus sueños, a tus deseos, a tus capacidades personales y a tus dones divinos
para permitir que otros, más grandes, más fuertes, más capaces, alcanzaran los
suyos. ¿Pero qué dice eso realmente sobre ti? Sencillamente, aceptaste vivir de
rodillas, sacrificar tus ambiciones en el altar de su superioridad artificial,
cambiar tu humanidad por migajas de comodidades materiales, abandonar tus
proyectos financiando los de ellos con tus impuestos que pagas. Porque seamos
honestos: sólo son grandes porque tú te haces pequeño. Su poder sólo existe
gracias a tu sumisión voluntaria y tu negación del coraje.
¿Y tu verdadero yo en todo esto? Todavía intenta despertar,
de vez en cuando, cuando la mentira es demasiado descarada o demasiado
insoportable. Pero muy rápidamente prefieres aniquilarlo, asfixiarlo y mirar
televisión porque es mucho más cómodo. Y mientras no te atrevas a pensar por ti
mismo, seguirás arrastrándote, mientras ellos se levantarán y así te pisarán la
cabeza.
La obra maestra de su manipulación llega hasta el saqueo
total de tus ahorros, por lo tanto de tu libertad, de tu futuro y también del
de tus hijos. ¡Esta es una verdad incómoda! Durante siglos te han estado
robando, haciéndote trabajar como bestias de carga para arreglártelas cada año,
haciéndote pagar 5 veces el precio de tu casa con impuestos y herencia, 10
veces el de tus compras con IVA y nunca decir nada.
Naces, creces, trabajas y sin siquiera darte cuenta, ya
estás puesto en condiciones de ganarte lo que vienen a sacar de tus bolsillos.
¡Trabaja, consume, paga y sobre todo obedece! Este ciclo interminable está
cuidadosamente orquestado para que nunca salgas de él, pero nunca quieras
hacerlo. Te hicieron creer que la estabilidad económica, la seguridad
financiera, era ese pequeño salario que llega a fin de mes, recortado a la
mitad para llenarlos a ellos, y esta jubilación que te espera cuando seas
demasiado mayor para pagarla. Y estos impuestos que sólo están ahí para
impedirte ahorrar... Piénsalo, pero en verdad, todo esto es sólo una gran
mentira en la que estás participando, ¡porque estás durmiendo! Desde
tu primer recibo de sueldo hasta tu último aliento, estos parásitos de cuello
blanco lo roban de manera lenta pero segura.
Aún muertos, ahora te quitan el dinero robándote a tus
hijos. Impuestos, contribuciones, herencias: os hacen creer que todo esto es
por vuestro bien, para financiar servicios públicos, la seguridad social, para
garantizar una sociedad justa. Pero mira a tu alrededor ¿quién se beneficia
realmente? No son aquellos que luchan para llegar a fin de mes, no son las
familias las que cuentan cada céntimo, no son tus hijos quienes tienen los
medios para lograr sus ambiciones. No, siempre son los mismos, los que están en
la cima de esta pirámide del mal. Aquellos que se enriquecen a costa de
ustedes, mientras ustedes se agotan tratando de mantener a flote un sistema que
solo fue diseñado para aplastarlos hasta el último de ustedes.
Y este saqueo no es nuevo. Esto ha estado sucediendo durante
siglos. Monarquía, Imperio, República, Democracia, cualquiera que sea la
etiqueta, el principio sigue siendo el mismo: tú trabajas, ellos cosechan.
Consientes a la servidumbre económica, a la sumisión jerárquica que te han
inculcado, generación tras generación, sin rebelarte jamás, sin liberarte jamás
y sobre todo sin intentar comprender jamás. Has entrado obedientemente en este
sistema donde se hace todo lo posible para mantenerte a raya: créditos al
consumo que te encadenan, deudas perpetuas que no serán pagadas y promesas de
un mañana mejor que nunca llegará. Naciste en esta prisión dorada y lo más trágico
es que terminaste llamándola "normalidad".
Veamos ahora el estado de este pueblo desplomado, doblegado
bajo el peso de su pereza intelectual. Incapaz de leer más de cuatro líneas de
un tuit, consume "comida rápida intelectual", tragando información
cada vez más superficial sin profundizar más de lo que se le muestra. Lo sé, lo
veo y lo deploro todos los días con mis posts de humor. Estas ovejas no quieren
saber, no quieren entender, no quieren crecer. Sólo quieren consumir, de forma
rápida, sin esfuerzo y sin parar. El título de un artículo es suficiente,
¡desplazarse es muy difícil!
Nunca quieren ser informados, nunca quieren
llegar al fondo de las cosas, nunca respetan la obra, ni siquiera la del autor
que se tomó la molestia de educarlos. ¿De verdad crees que esas personas
merecen la libertad? ¿Esta libertad que requiere una mente aguda, una voluntad
de hierro y una libertad de acción? Esta libertad que tanto han olvidado, hasta
el punto de odiarla porque les da mucho miedo.
Ahora, la libertad se gana con esfuerzo, con trabajo y
discernimiento. Pero hoy, ¿quién está todavía dispuesto a hacer este esfuerzo?
¿Quién, entre esta masa de mentes embotadas por décadas de comodidad y
entretenimiento, es todavía capaz de pensar más allá de lo que se sirve en bandeja?
¿Quién puede mirarse en el espejo y decir: “Acepto mi vida como un Humano libre
y consciente”? Ninguno de los que ves en estas redes.
Míralos. Esclavos de sus pantallas, de sus miedos, de su
ignorancia voluntaria. Se pasan los días hojeando imágenes vacías, titulares
insulsos, absorbiendo informaciones superficiales, opiniones preparadas de
antemano, controversias estériles, sin siquiera abrir del todo un
artículo y menos aún un diccionario. Para qué? Porque pensar les duele. Hacer
preguntas es inquietante. Mirarse a la cara es humillante. Por eso se atiborran
de contenidos vacíos, convencidos de que saben lo suficiente como para no dudar
nunca. Ah, sí, saben lo suficiente, lo justo para permanecer dóciles, trabajar
y mantener el orden establecido por otros.
Y ni hablemos de esa ilusión de participación que les venden.
Los comentarios, los tuits sarcásticos, las peticiones online… ¿De verdad crees
que estas personas, incapaces de leer más de cuatro líneas seguidas, son
actores de su propio destino? No, son espectadores, instalados pasivamente en
su comodidad, viendo pasar la vida mientras otros toman por ellos las
decisiones sobre sus futuros suicidios.
No merecen la libertad porque simplemente no la quieren. Lo
que quieren es dejarse arrullar por la ilusión de la elección, siempre que esta
elección no les obligue a abandonar su comodidad. Entonces, ¿por qué
concederles esta libertad que de todos modos rechazarían? Un pueblo incapaz de
pensar no sabe ser libre. La libertad requiere un esfuerzo que ya no están
dispuestos a realizar. Se quejan del sistema, de su estado, pero nunca mueven
un dedo para cambiar nada.
Ustedes, mentes vacías, están condicionados a repetir las
creencias heredadas de sus antepasados, de la sociedad, sin cuestionarlas
jamás. Están tatuados en sus genes y los usan como un soldado usa su uniforme.
Crees que ves el mundo tal como es, pero en realidad llevas anteojeras. Tu alma
está distorsionada y tu visión del mundo está tan distorsionada que ya no sabes
distinguir la mentira de la verdad.
Y ahí es donde comienza el verdadero sufrimiento. Admitir
que hemos sido engañados, que hemos sido manipulados, es doloroso. Pero es un
paso necesario si finalmente quieres ver el mundo tal como es, más allá de las
cómodas ilusiones que te han servido toda tu vida.
Ha llegado el momento de elegir: ¿continuarás caminando
obedientemente en esta existencia sumisa, o finalmente te levantarás y exigirás
lo que es tuyo por derecho? Libertad de pensar, de actuar, de ser, de tener y
de emprender. Esta decisión es tuya. Pero se requiere coraje y audacia, estar
preparados para afrontar la realidad, por dolorosa que sea, y romper las
cadenas invisibles que te mantienen de rodillas.
Entonces, ¿qué eliges? ¿Confort o vida?
Ya es hora de despertar y recuperar el control de nuestras
vidas. La sumisión ciega a la comodidad, la autoridad y el pensamiento
preparado nos mantiene en un estado de inercia espiritual e intelectual. Sin
embargo, la verdadera libertad requiere más que una simple rebelión contra un
sistema injusto.
Requiere esfuerzo constante, vigilancia constante y coraje
para cuestionar todo lo que nos han enseñado. Si elegimos permanecer pasivos,
seguir aceptando estas ilusiones que nos aprisionan, entonces no merecemos la
libertad. Pero para aquellos que se atreven a levantarse, a desafiar el orden
establecido, existe un camino hacia el verdadero empoderamiento. El que he
defendido durante años, pero solo, ya no puedo ayudarte...
Entonces, la pregunta es simple: ¿seguirás viviendo de
rodillas o finalmente te levantarás para conquistar tu libertad?
Phil BROQ.
https://jevousauraisprevenu.blogspot.com/2024/10/le-confort-tue.html
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