LA MANIPULACIÓN GLORIOSA
Bienvenido al fascinante mundo del bombero pirómano, donde
la realidad se convierte en un cínico espectáculo de magia. Imagínese por un
momento: un incendio arde en su casa, las llamas danzan y crepitan, y aquí
emerge el ilustre salvador, aquel que, con una mano agarrando la cerilla,
blande con la otra una manguera contra incendios, dispuesto a salir de esta
situación de desastre que él mismo orquestó. Con una sonrisa encantadora, te
vende su solución como si fuera un regalo del cielo, haciéndote olvidar la
pregunta esencial: ¿Quién encendió este fuego?
Este escenario, mucho más que una simple farsa, es una obra maestra de manipulación que se extiende mucho más allá de las llamas. Ésta es la esencia misma de los juegos de poder modernos, donde las crisis a menudo se imaginan y las soluciones se preparan de antemano, hábilmente disfrazadas de rescates. En este arte del engaño, el pánico es un aliado valioso, que empuja a los ciudadanos a adoptar soluciones aparentemente salvadoras, sin cuestionar jamás a los verdaderos arquitectos del caos.
A medida que profundicemos en este fenómeno, descubriremos
cómo la privatización de los servicios públicos, las reformas de las pensiones
y otras crisis económicas se orquestan hábilmente, creando un círculo vicioso
donde el miedo se convierte en el motor de la aceptación. Entonces, ¿estás
listo para arrojar luz sobre estos juegos de sombras? Prepárate para explorar
el increíble ballet de los bomberos incendiarios, donde la manipulación se
convierte en un arte y la verdad arde lenta pero de forma segura bajo las
cenizas del desprecio.
1. Distracción: El carnaval de los imbéciles.
La distracción es la herramienta favorita de los titiriteros
de masas. ¿Por qué preocuparse por las leyes que erosionan sus derechos o la
deforestación desenfrenada cuando puede hablar con entusiasmo sobre la última
discusión entre dos pseudocelebridades? Hoy en día, desviar la atención es tan
sencillo como lanzar jugosas noticias falsas o un escándalo de famosos. El
verdadero genio de la manipulación es hacerte creer que lo principal está en lo
que brilla: una competencia de lanzamiento de teléfonos inteligentes, un rumor
en TikTok o incluso un acalorado debate en un nuevo y estúpido reality show de
televisión. Mientras hablas de trivialidades, las decisiones importantes
(aquellas que afectan tu bolsillo o tus libertades) pasan silenciosamente a un
segundo plano.
Lo peor es que eres cómplice de tu propia desinformación.
Twitter, Instagram, Netflix, todo está hecho para ocupar tus horas cerebrales
disponibles. Una avalancha de noticias irrelevantes ahoga los problemas reales,
como una avalancha de tonterías que impiden ver los temas candentes. En su
época, los romanos ofrecían juegos de gladiadores para entretener al pueblo;
Hoy en día, es Netflix quien te ofrece una evasión infinita, ahorrándote el
esfuerzo de preguntarte sobre acuerdos comerciales cuestionables o el
empobrecimiento progresivo de los servicios públicos. En definitiva, la
estrategia es sencilla: mientras te diviertes viendo bailar a idiotas, las
verdaderas decisiones, las que importan, se toman a puerta cerrada.
2. Problema y solución: El gran clásico de los bomberos
pirómanos.
La técnica del bombero pirómano es pura genialidad.
Imagínese a un tipo que prende fuego a tu casa y luego regresa, todo sonrisas,
con una manguera contra incendios en la mano, prometiendo arreglar todo. No
sólo le das las gracias, sino que también le das dinero para reparar el daño.
Creamos para usted un problema gigantesco desde cero, con un guion perfecto y
luego le ofrecemos una solución "milagrosa", que a menudo ya estaba
lista antes de que el problema se manifestara. Y caminas, claro, porque tienes
miedo y la solución parece ser tu única salida.
Ejemplo: La privatización de los servicios públicos. En
primer lugar, permitimos que el hospital público se deteriore. Menos personal,
menos recursos, plazos explosivos. Todo está hecho para disgustarte. Entonces,
cuando ya no tienes más remedio, llega la solución: "¡Privaticemos!".
Y ahí, de milagro, el servicio mejora. Bueno, mejora... si puedes permitirte
pagar, obviamente. Lo mismo ocurre con las pensiones: les hacemos enloquecer
con la "bomba demográfica", mientras nosotros saqueamos alegremente
los fondos de pensiones. Entonces, ¿adivinen qué? Te ofrecemos jubilación por
capitalización. Solución de oro para los bancos, menos para ti.
Te han manipulado de principio a fin, pero estás tan feliz
de que alguien finalmente "hizo algo" que ni siquiera piensas en
preguntar quién provocó el incendio en primer lugar.
3. Gradualidad: Erosión furtiva.
La sutileza de la manipulación es hundirse en la mierda poco
a poco. No os pueden quitar vuestros derechos de repente, de lo contrario
gritaríais, saldríais a las calles, encenderíais barricadas. No, preferimos
dormirte poco a poco, desgranando trozo a trozo. Es como si te cortaran el dedo
del pie cada año. Al final, ya no tienes los pies, pero nunca te diste cuenta
de que cada vez te los amputaban un poquito.
Mira los impuestos. Al principio, un pequeño impuesto al
carbono por aquí, un ligero ajuste fiscal por allá. Nada tan malo. Luego, cinco
años después, te das cuenta de que la mitad de tu salario se destina a
impuestos que ni siquiera sabes que existen. Y para colmo, el servicio público
que justificó estos impuestos está en ruinas. La gradualidad, el arte de hacer
pasar un bulldozer por tu espalda sin que te des cuenta es la "Navaja de
Ockham", suave, lenta e imperceptible. Hasta que sea demasiado tarde para
protestar.
4. Aplazar: La zanahoria milagrosa y la bofetada garantizada
Ah, la promesa de un mañana brillante... Les prometemos la
luna, pero no de inmediato. Primero hay que soportar algunos inconvenientes,
hacer algunos sacrificios, aceptar un poco de austeridad. ¡Pero ojo, todo esto
por tu propio bien! “Hoy es difícil, pero mañana será brillante”, te vuelven a
decir. Y tú, como un niño que todavía cree en Papá Noel, esperas pacientemente.
Pero este “mañana”, curiosamente, nunca llega. O llega en forma de una bofetada
monumental.
Miremos de nuevo las reformas de las pensiones.
"Trabajar más tiempo es temporal, lo prometo, ¡entonces las generaciones
futuras estarán mejor!" Así que trabajas hasta los 67 años, con la
esperanza de que algún día las cosas funcionen para tus nietos. Salvo sorpresa,
dentro de 20 años tendrán que trabajar hasta los 75. Es el principio de
"tranquilo, todo saldrá bien más tarde". Y no, no mejorará. Pero
serás demasiado viejo, demasiado cansado o demasiado muerto para darte cuenta.
5. Infantilizar al público: "Doudou, mira, es
por tu propio bien".
¿Por qué tratar al público como adultos responsables cuando
puedes hablarles como a niños de tres años? Al fin y al cabo, un niño es
obediente, crédulo y no cuestiona nada. Entonces, ¿qué sentido tiene hablarte
de forma compleja o darte información matizada cuando todo lo que necesitan
hacer es lanzarte eslóganes tontos y pequeños dibujos coloridos para hacerte
dormir?
Mira las campañas electorales: te hablan de manera
simplista, como si fueras incapaz de comprender la más mínima sutileza política.
Dulces promesas, fórmulas ridículas, frases como “¡Vamos a ganar todos!” o
“¡Vamos a salvar el planeta juntos!”. Te lanzan banalidades como si fueras
demasiado estúpido para entender cualquier otra cosa. Y tú, como buen niño que
quiere complacer a su ama, te lo tragas todo sin pestañear. Para qué? Porque es
más fácil dejarse llevar por promesas vacías que afrontar la complejidad del
mundo. Un poco como esos anuncios de yogures bajos en grasa que prometen “salud
y felicidad” en 30 segundos. Ridículo, pero efectivo.
6. Utilice las emociones: Llora, grita, ¡pero no
pienses!
¿Por qué molestarse en discutir racionalmente cuando pueden
hacerte llorar o llenarte de rabia? La emoción es la kriptonita de la
reflexión. Y los manipuladores lo saben. Te inundan con historias
desgarradoras, dramas o escándalos exagerados para que pierdas los estribos,
para que estés tan enojado, triste o conmocionado que te olvides de pensar. Y
sobre todo, te olvides de hacer preguntas.
¿Un ejemplo sorprendente? La política del miedo. Cuando un
gobierno quiere que se acepten leyes represivas, sólo necesita blandir la
amenaza del terrorismo o la inseguridad. En dos segundos pasas de ciudadano
crítico a títere asustado que aplaude con ambas manos leyes que destruyen tus
propias libertades. Mientras tiemblas bajo el edredón ante la idea de un
peligro inminente (a menudo exagerado), las verdaderas decisiones se toman a
tus espaldas.
7. Mantener al público ignorante: Bienvenido a la
escuela de la estupidez
¿Por qué molestarse en educar adecuadamente al público
cuando se puede mantenerlo cómodamente ignorante? Un ciudadano educado es un
ciudadano que hace preguntas, que lee entre líneas, que establece conexiones
lógicas. En definitiva, ¡un dolor de cabeza! Así que les damos una educación mediocre,
programas escolares atrofiados y una televisión que los deja estupefactos con
reality shows y debates estériles. La ignorancia es el arma fatal de los
manipuladores.
Mira lo que te dan en el colegio: unas cuantas nociones
vagas de historia, matemáticas básicas y listo, arreglárselas en un mundo
complejo. ¿Y si quiere entender por qué su poder adquisitivo se está
derritiendo como la nieve al sol? Ah, lo siento, el programa de economía del
último año fue demasiado corto para explicártelo. Entonces te pasas la vida
siendo manipulado porque ni siquiera sabes cómo funciona el mundo que te rodea.
8. Un público que consiente: ¡Viva la vulgaridad !
El verdadero golpe maestro es hacerte adorar la mediocridad.
Te alimentan con contenido estúpido, pero es tan omnipresente que terminas
acostumbrándote o incluso pidiendo más. Los “influencers” que hacen desafíos
estúpidos en TikTok, los programas donde celebridades fracasadas discuten sobre
quién es el mayor farsante, los debates donde los columnistas despotrican sobre
temas superficiales. Ahora lo encuentras normal. Peor aún, te ríes y esperas la
próxima temporada.
La cultura de la mediocridad es una forma eficaz de hacerte
olvidar que hay personas, en algún lugar, que están tomando decisiones
cruciales por ti. Mientras te obsesionas con los ridículos atuendos de las
estrellas en la alfombra roja, nadie habla de las leyes que reducen tus
derechos en el trabajo. Pero bueno, ¿por qué preocuparse por eso cuando puedes
hablar sobre las últimas tendencias capilares de tu influencer favorito?
9. Reforzar el sentimiento de culpa: ¡Es tu culpa, plátano!
Ah, la culpa, la reina de la manipulación. El sistema te
presiona, te explota, te deja atrás... y sigue siendo tu culpa. ¿Eres pobre?
¡No eres lo suficientemente ambicioso! ¿No encuentras un buen trabajo? ¡No estás
lo suficientemente calificado! Y tú, en lugar de señalar con el dedo a los
verdaderos responsables (las políticas desastrosas, las desigualdades
sistémicas), te cuestionas, te sientes culpable, compras libros de autodesarrollo
por 30 euros para convencerte de que simplemente hay que “pensar mejor en
positivo”. ”.
Este sistema te aplasta, pero tiene la inteligencia para
hacerte creer que si fracasas es porque no te esforzaste lo suficiente. Te
conviertes en tu propio verdugo y ellos pueden seguir festejando pacíficamente
con tu dinero.
10. Conocer al ser humano: Los expertos en el manejo
2.0
Lo más aterrador de los manipuladores es que te conocen
mejor que tú mismo. Gracias a los avances en psicología, neurociencia y
algoritmos, saben exactamente cómo presionar los botones correctos para hacerte
reaccionar como ellos quieren. Cada clic, cada me gusta, cada reacción que
dejas en las redes sociales son más datos para perfeccionar la máquina que te
manipula.
Mira la publicidad dirigida: pasa medio segundo mirando una foto de zapatos y, boom, durante semanas, lo bombardean con anuncios del mismo par. El sistema conoce tus hábitos, tus debilidades, tus deseos inconscientes. Ya ni siquiera tomas una decisión; ¡Nosotros los hacemos para ti!
Entonces, ¡bienvenido a la gran feria de la manipulación,
donde todo está cuidadosamente orquestado para que pienses, sientas y actúes
exactamente como lo planearon!
Y ahí está, la farsa continúa. Cada día somos testigos de
este circo grotesco en el que pirómanos disfrazados de bomberos se apresuran a
vendernos sus milagrosos extintores. Ya sea una crisis económica, una reforma
social o una catástrofe ambiental, el guion siempre sigue siendo el mismo.
Encienden el fuego, nos sumergen en la desesperación y luego regresan con
sonrisas encantadoras, dispuestos a "salvarnos" de su propio
desastre. ¡Qué ironía!
Es casi cómico, si no fuera tan trágico. Cada vez que suena
la campana de alarma, nuestros queridos responsables de la toma de decisiones,
firmemente en su lugar, nos tranquilizan. No te preocupes! Dicen, como si no
supiéramos que ellos son los verdaderos alborotadores. Mientras luchamos con el
fuego que ellos mismos provocaron, ellos continúan saqueando nuestros recursos,
erosionando nuestros derechos y convirtiendo nuestra ira en aceptación dócil.
Con cada privatización, con cada reforma, ellos se frotan
las manos, dispuestos a llenarse los bolsillos, mientras nosotros, pobres
incautos, aplaudimos su “generosidad”. Sí, tenemos miedo, sí, estamos cansados,
pero también somos cómplices de esta farsa, en momentos en que deberíamos
gritar nuestra indignación. ¡Basta de este juego! Neguémonos a ser espectadores
pasivos de esta tragedia anunciada.
Es hora de desafiar este sistema podrido que nos trata como
peones en un tablero de ajedrez. Estemos atentos, estemos enojados y, sobre
todo, seamos sinceros: aquí no hay salvadores. Sólo una revolución mental puede
apagar estos incendios, y comienza con una verdad brutal: hemos sido engañados,
una y otra vez. Es hora de levantarnos y hacer pagar a quienes nos llevan a la
ruina mientras dicen salvarnos. ¡Despertemos, denunciemos y, sobre todo, no
dejemos que el miedo guíe nuestra búsqueda de la verdad!
Este es el espectáculo demencial que se desarrolla ante
nosotros: charlatanes que encienden fuegos y luego se adornan como héroes para
vendernos sus remedios venenosos llave en mano. Nos llevan a una danza macabra
donde cada crisis, cada escándalo, es sólo un nuevo capítulo de su sórdido
juego. Mientras nosotros estamos ocupados en pánico y gritando, ellos, estos
maestros del caos, aprovechan para saquear nuestros recursos, destruir nuestros
derechos y sacar provecho de nuestra desesperación.
¡No nos dejemos engañar por sus pérfidas sonrisas y sus
promesas vacías! Son las mismas personas que, a puerta cerrada, traman
conspiraciones para enriquecerse a costa nuestra. Políticos, financieros,
lobbystas, todos cómplices de este asqueroso juego, se ríen de nosotros
mientras luchamos por las migajas. Nos tiran trozos de pan y nos llaman
"ciudadanos", mientras nos tratan como ratas de laboratorio en un
gran proyecto de manipulación social.
¡Es hora de acabar con esta vil farsa! ¡Basta de quedarnos
de brazos cruzados mientras estos depredadores continúan esclavizándonos con
sus mentiras y manipulaciones! ¡No somos espectadores pasivos de este circo,
somos protagonistas de una revolución que debe florecer! Tenemos la capacidad
de revertir esta dinámica nauseabunda.
¡Vamos a despertar! Abre los ojos a los malhechores que se
esconden detrás de máscaras de respetabilidad. Ellos son los que crean el caos
para encadenarnos mejor. ¡La ira, la rebelión y la determinación deben
prevalecer sobre nuestra resignación! No nos dejemos engañar por soluciones
ilusorias. Luchemos juntos por un cambio real, por una sociedad donde aquellos
que prendieron fuego a nuestras vidas nunca más puedan pretender ser nuestros
salvadores.
¡Ahora es el momento de actuar, hablar y reclamar nuestro
poder!
Phil BROQ.
https://jevousauraisprevenu.blogspot.com/2024/10/la-glorieuse-manipulation.html
CUMBRE EN KAZAN ¿HACIA DONDE VAN LOS BRICS? https://anunnakibot.blogspot.com/2024/10/10-38-anunnakibot-cumbre-en-kazan-hacia.html
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