© ¿LA VIDA ES UN GRAN DON O UNA ESTAFA?
Según cómo lo miremos puede ser una cosa u otra. Es evidente que el hecho de existir es un gran don, porque de estar a no estar hay una gran diferencia.Pero dejando de lado esta opción básica, la experiencia
vital no deja de ser un planteamiento similar a los gladiadores romanos que
estaban sometidos a una lucha constante entre ellos para sobrevivir mientras
suponían un espectáculo para quienes podían permitírselo.
El caso es que aterrizamos en este mundo con fecha de caducidad incorporada y sin manual de instrucciones. Disponemos de unas facultades físico-mentales y una conciencia con la que nos podemos dar el visto bueno o no a nuestros actos.
A la hora de encaminar nuestros pasos tenemos -en potencia-
todas las posibilidades aunque en la práctica están limitadas por los
condicionantes sociales y económicos.
Estamos inmersos en unas sociedades controladas por gente
con poder que disponen de nuestras vidas a sus anchas y eso desde tiempo
inmemorial.
Aquí llegamos al fondo de la cuestión. Se nos dice que
tenemos 'libre arbitrio' a pesar de ser algo opinable pues necesita matices
importantes por las limitaciones antes apuntadas.
Lo que sorprende de la “historia vital” es que por un lado
parece abierta, libre, pero en realidad parece formar parte de un juego
bastante maquiavélico, sin otro atractivo que el componente de aventura que
supone (sin hablar del final asegurado...)
Estas reflexiones están hechas al margen de creencias,
religiones, ideologías, etc. y sólo pretenden encontrar un significado básico
(¿trascendente?) al hecho de vivir.
Autores diversos han hablado del mundo como de una granja y
no parece otra cosa. La pregunta es ¿quién la lleva? ¿quién se aprovecha? ¿por
qué en este caso disponemos de conciencia?
Otra comparación la podemos hacer con los videojuegos donde
se producen situaciones en las que los jugadores interactúan y acabado el
tiempo se retiran.
La vida como experiencia general es una ocasión de vivir
acontecimientos de los que sacar provecho, disfrute o al menos aprendizaje y
conocimiento.
Si en la ecuación hacemos entrar el alma, entonces hay quien
dice que es la que aceptó entrar en el mundo físico con unas determinadas
condiciones para experimentarlas.
Sin moverse del terreno material, sin embargo, la cosa se
hace difícil de afrontar ante la gran ignorancia que nos rodea en todos los
aspectos.
El desconocimiento de las respuestas básicas: ¿quiénes
somos? ¿de dónde venimos? ¿adónde vamos? ¿qué hemos de hacer? nos llenan de
desasosiego -incluso rabia- porque parece que vamos vendidos (¿engañados?)
Todo agravado por vernos sometidos, controlados y
menospreciados por una casta elitista con ínfulas de elegidos divinos.
Por si fuera poco, los continuados enfrentamientos entre
nosotros nos debilitan aún más y suponen una validación del desprecio que
recibimos y una muestra de la desorientación que sufrimos.
¿Qué conclusión podemos sacar de todo esto?
Hay opciones a medida de las creencias de cada uno y de las
ganas que tenga de enfrentarse a las preguntas molestas.
O así me lo parece.
___________________________________________________________________________________
Joan Martí - elcamidelavida@gmail.com - 23 junio
2025
No hay comentarios:
Publicar un comentario