23.10.25

Nos vemos con los que no se rinden, con los que piensan, con los que actúan

UN SISTEMA EN DESCOMPOSICIÓN 

PARA LOS QUE AÚN SE ATREVEN A PENSAR

Hace tiempo que la realidad se volvió insoportable. Pero no porque no haya información. Sino porque hay demasiada. Demasiado titular, demasiada alarma, demasiada miseria y demasiado cinismo.

Nos saturaron el sistema nervioso. Y lo lograron: la gente ya no quiere pensar. Quiere sobrevivir. 

Pero justo ahora, justo cuando todo parece arder al mismo tiempo, es cuando más falta hace parar, respirar y mirar con otros ojos.

Esto no es una editorial. Es una pausa. Un grito sereno entre tanto ruido. Un intento de ordenar lo que está pasando, porque solo quien entiende el mapa puede salir del laberinto.

No son hechos sueltos. Es un patrón. 

Lo que verás a continuación no es una lista de desgracias. Es una radiografía del sistema.

Un sistema que se sostiene sobre tres columnas: el saqueo, el desgaste y el control.

Y que te necesita agotado, confundido y obediente.

1. El saqueo institucional 

Empezamos con lo básico: la hucha de la Seguridad Social ya no existe.
El dinero fue gastado y ahora se tira de deuda pública.
Deuda que firmaron ellos, pero que pagarás tú. O peor aún: tus hijos. 

Mientras tanto, el mismo Gobierno que te baja el sueldo e impone nuevos impuestos, se sube el salario, se paga dietas de lujo, y se gasta millones en “necesidades institucionales”. 

¿Te parece ciencia ficción?

Te lo parecerá aún más cuando sepas que autónomos y empresarios —los que aún sostienen lo poco que queda en pie— están siendo ahogados fiscalmente con impuestos, cotizaciones y normas laborales que solo conducen a despidos, cierres y más pobreza. 

Y por si fuera poco: los agricultores, responsables del alimento que pones en tu mesa, sufren el saqueo verde: impuestos ecológicos, restricciones absurdas y penalizaciones que hacen inviable la producción.

¿El resultado?

Subida brutal del precio de los productos primarios, mientras los supermercados inflan los márgenes. Y tú, pagando. Como siempre. 

2. El desgaste psicológico 

¿Te has dado cuenta que los escándalos ya no escandalizan?
Salió un informe de la UCO con pruebas: conversaciones, fotos del dinero, mensajes incriminatorios de miembros del gobierno. 

¿Y qué pasó? Nada. Nadie dimitió. Nadie fue cesado. Nadie explicó nada. Y tú, saturado, ya ni reaccionas. Porque te lo han hecho tantas veces que te volviste inmune. Esa es la trampa. 

Lo mismo con Gaza. Ahora todos los medios hablan de la flotilla humanitaria, de la guerra, del drama… ¿Te interesa la causa? Bien. ¿Pero te has preguntado por qué te la muestran ahora, en todos los titulares, a todas horas? 

Porque mientras miras allá, no ves lo que pasa aquí. Porque mientras miras los misiles, no ves los impuestos nuevos. Ni la bajada de sueldos. Ni las medidas fiscales. Ni el nuevo préstamo de Europa con condiciones ocultas. Es la cortina de humo perfecta. Funciona cada vez.

3. El control como forma de vida 

Mientras todo esto ocurre, se siguen construyendo las jaulas modernas: 

  • Dinero digital: sin billetes, sin efectivo, sin privacidad.
  • Ciudades inteligentes: con cámaras, sensores, apps de movilidad pero que no son para ti.
    Son para vigilarte.
  • Centros de inmigrantes por doquier: mientras se cierran ambulatorios y servicios locales para los de siempre. 

Todo disfrazado de “progreso”, “solidaridad”, “transición digital”. Pero en realidad: más control, más gasto, menos derechos.

Y si aún te atreves a quejarte, prepárate: el aumento de la criminalidad es evidente. Pero si un policía hace su trabajo y detiene a los de siempre… es él quien recibe la sanción. 

Porque el sistema judicial ya no responde al sentido común: responde a una agenda. Y esa agenda no es tu seguridad. Es tu obediencia. 

4. El colapso moral 

Hay cosas que hace 10 años hubieran llenado portadas durante meses. Hoy pasan como noticias de segunda. 

  • Un violador reincidente en libertad.
  • Un inmigrante quema viva a una joven en Canarias.
  • Otros matan a guardias civiles… y también están fuera.
  • Una niña violada por una “manada” de extranjeros… sin titulares. Sin justicia. Sin indignación mediática.

¿Y sabes qué sí es noticia? Que tres hombres que sembraban pasto y accidentalmente quemaron una hectárea van a la cárcel y pagan 150.000 €. 

Eso es lo que somos ya: una sociedad donde el crimen se indulta… y el trabajo se castiga. 

Mientras tanto, avanza la islamización encubierta. Conductas que antes eran aberraciones, hoy se normalizan: 

  • Mujeres ocultas y silenciadas
  • Relaciones impensables aceptadas como “culturales”
  • Niñas agredidas sin condena pública
  • Violencia con escudo identitario

Y si lo señalas… el problema eres tú. Eres “racista”, “facha”, “intolerante”.
El nuevo delito es ver lo que pasa y decirlo en voz alta. 

5. Y mientras tanto… te enferman

El cuerpo también es territorio de control. Por eso la enfermedad se normaliza.
Por eso la medicalización crónica se celebra. Y por eso la salud real se silencia.

No te enseñan a comer, a respirar, a pensar, a moverte. Te enseñan a medicarte, a depender, a obedecer.

Todo encaja. Todo es parte del mismo juego.

No es caos. Es cálculo.
Te cansan, te confunden, te enfrentan, te empobrecen…
Y cuando estás lo bastante roto, te ofrecen una solución que ya habían diseñado.

Eso es este momento. Y eso es lo que hay que mirar, con ojos fríos y corazón caliente. 

Pero pensar es un acto revolucionario 

Y si has llegado hasta aquí, si no has cerrado esta editorial, si algo dentro de ti arde cuando lees… entonces estás vivo. Estás presente. Estás viendo. 

Y ver, hoy en día, ya es un acto político. Ya es resistencia. 

No te pido que salves el mundo. Te pido que no entregues tu mente.
Que pienses. Que hables. Que compartas. 

Y si puedes, que te unas a los que ya estamos construyendo desde otro lugar. 

No fue silencio. Fue preparación. 

Lo sé. Dos meses sin escribir en voz alta se sienten como una eternidad. Pero este silencio no fue abandono. Fue pausa. Fue estrategia. 

Porque han pasado muchas cosas. Cosas que aún no puedo contar. Y otras que están a punto de salir a la luz. 

Mientras el mundo seguía ardiendo, yo no me quedé mirando el fuego. Estuve construyendo. Pensando en los que, como yo, ya no pueden más con tanta desgracia, tanta noticia vacía, tanta opresión disfrazada de política. 

Y lo que viene, no es poco. Un manual real, sin maquillaje, para vivir libres de verdad.

Libre de deudas mentales.
Libre del sistema que te quiere obediente.
Libre del miedo a romper con lo establecido.

Pero no viene solo. Viene con una estrategia completa. Con recursos, información y guía para los que estén listos para pasar al siguiente nivel del juego.

Porque esto no va de sobrevivir. Va de recuperar la soberanía.
De volver a ser dueños de nuestra vida, de nuestro tiempo, de nuestro cuerpo, de nuestro pensamiento.

Esta es mi misión. Y si tú también sabes que la única victoria posible es la libertad, entonces te digo algo sin rodeos: Aquí tienes mi mano.

Nos vemos al otro lado. Con los que no se rinden. Con los que piensan. Con los que actúan.

Blanca White 

https://loquepodemoshacer.wordpress.com/2025/10/09/es-tiempo-de-despertar-330-radiografia-de-un-sistema-en-descomposicion-por-blanca-white/  

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