¿QUIÉN GOBIERNA REALMENTE EL MUNDO?
En realidad, los países no están gobernados por gobiernos,
sino por grupos financieros que los controlan entre bastidores.
Posicionan a los políticos mediante la manipulación de los
medios de comunicación, controlando así a la población para que vote a quien
ellos quieran.
Si eso es insuficiente, utilizan métodos de fraude
electoral. Así que los culpables no son sólo los políticos corruptos, sino
los grupos financieros ocultos que mueven los hilos.
Cada país está constituido como una empresa comercial con ánimo de lucro, propiedad de estos grupos de intereses financieros.
La mayor parte del dinero de los impuestos desaparece en los
bolsillos de estas entidades financieras. Sólo una minúscula parte se utiliza
para el propio país. No existe ninguna forma de control sobre lo que ocurre con
el dinero de los impuestos. Nadie pregunta por él; nadie rinde cuentas. Las
masas ignorantes se limitan a «donar» continuamente una gran parte de sus recursos
a estos grupos financieros mediante el pago de impuestos.
En resumen: los países funcionan oficialmente como
corporaciones que generan beneficios astronómicos para los grupos financieros
que los gestionan. Durante siglos, éste ha sido un sofisticado sistema de
esclavitud y explotación de la población mundial.
Sin embargo, para estos grupos financieros, todavía hay
demasiada libertad para las masas. La población crece demasiado rápido y el
progreso tecnológico permite a demasiada gente desarrollarse poderosamente.
Ejemplo: hoy cualquiera puede hacer películas, crear una empresa, conectarse en
red a escala mundial, etc.
La humanidad amenaza cada vez más a esta pequeña pero
poderosa cábala financiera.
Por eso han establecido un plan para transformar
radicalmente el mundo entre 2020 y 2030, recuperando -más que nunca- toda la
propiedad y el control. Quieren arrebatar el poder a la humanidad y llevar a
todo el mundo a una dependencia total de ellos.
Un ejemplo sencillo: gran parte de la producción de
alimentos sigue estando en manos privadas de los agricultores. Esto es un gran obstáculo para su plan de
poseerlo todo ellos solos. Por lo tanto, los agricultores
están siendo eliminados en masa y una alternativa está haciendo su aparición:
en lugar de carne de vacuno natural, están construyendo fábricas gigantes donde
se crían insectos y se produce carne sintética.
El plan es hacer que la población mundial dependa de esta
nueva fuente de alimentos, al tiempo que se eliminan los antiguos productos
alimenticios. Este es sólo uno de los innumerables ejemplos. Quieren el monopolio absoluto de todo. Al
igual que tienen un monopolio a través de Google, Facebook, Amazon, los bancos
y así sucesivamente. Todo debe estar
centralizado en sus manos.
Todos los derechos, libertades, privacidad, recursos y
posesiones de la humanidad deben ponerse, paso a paso, cada vez más en manos de
un puñado de entidades.
Su método para lograrlo es orquestar desastres globales como pandemias, crisis
energéticas, colapso económico, hambrunas, desastres naturales, cambio
climático… Estos acontecimientos provocan un estrés y un pánico
extremos, haciendo que la gente esté dispuesta a aceptar casi cualquier cosa,
con tal de librarse de estas «terribles amenazas».
Entonces a los tiranos se les ocurre su «solución» para
«salvar» a todo el mundo: quitar la propiedad y la libertad a todo el mundo,
restringir la libertad de movimiento de todo el mundo, quitar toda propiedad
privada, rastrear la vida de todo el mundo, controlar las finanzas de todo el
mundo… Dictadura total.
La excusa de oro para hacer todo esto es que están «salvando
el mundo», manteniendo a todos «cuerdos» y «mejorando» la humanidad. Todos sus
planes están envueltos en papel brillante y reluciente con un lazo dorado, y presentados
como la solución definitiva para eliminar todos los problemas del mundo. Por eso tanta gente cae en la trampa. No
piensan ni investigan; simplemente creen ciegamente las
mentiras bellamente empaquetadas que se les presentan.
El objetivo final de estas diversas agendas es un mundo de
esclavitud total, en el que la vida de las grandes masas siga proporcionando
cierto grado de confort, el suficiente para evitar una revuelta a gran
escala.
Así ha sido durante décadas en China: todo el mundo es prisionero
de un sistema totalitario asfixiante, con las masas descerebradas viviendo como
«esclavos felices» en una gigantesca red de control y tiranía. Cualquiera que
critique «desaparece».
Llevamos años en primera línea de esta batalla sin
precedentes. Por favor, apoye nuestra misión en curso para exponer el nefasto
plan de las élites satánicas. Con tu apoyo nos das poder para continuar nuestra
lucha y abrirnos paso en todo el mundo con la verdad que libera a la
humanidad.
Seguimos luchando por la supervivencia de Stop World
Control. Si valoras nuestra misión, apóyanos para que podamos
continuar.
Muchas gracias.
David Sorensen
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