Pero comamos, cantemos y bailemos que quizás sí que al final todo se endereza

© VIENE LA NAVIDAD… Y TODO SIGUE IGUAL   

Siento pena y tristeza al constatar la desaparición de aquel espíritu navideño sencillo, lleno de ilusión auténtica y asombro por lo extraordinario.

Un tiempo de paz y alegría, de verdadera comunión, de calor al borde del fuego, sin grandes dispendios pero lleno de hechizo.

Seguimos haciendo prácticamente lo mismo pero un poco por inercia, porque toca y con el trasfondo de un mundo amenazador y desapacible que, a marchas forzadas, lo enturbia todo.

Aplicamos aquello de “quien canta su mal espanta” para sustraernos de la cruda realidad, pero estamos embotados y vivimos desencantados.

Nos están segando la hierba bajo los pies pero nosotros hacemos como si no ocurriera nada (las cosas sólo les pasan a los demás... de aquí o de fuera). Oh, ¿pero qué se puede hacer?

Nada podemos hacer (o no queremos hacer). Estamos desactivados y tan acomodados que ni nos lo planteamos. Quizás no sea para tanto dirá alguien, ¡no van tan mal las cosas!

No debemos ser derrotistas, es necesaria una visión positiva y no amargarse la vida sin necesidad. Sí, es una manera de vivir: ir tirando hasta que no te toque padecerlo directamente.

Porque preocuparse antes de tiempo. Carpe Diem. Quien días pasa años empuja. Bravo, así es como nos están arrinconando y desplumando (física y espiritualmente).

La metáfora de la rana hervida nos la aplican con mucho cuidado para ir dirigiéndonos sin que nos demos cuenta, pero nosotros vamos tirando mientras podemos, hasta que explote.

Cuando vaya en serio ya veremos lo que haremos, pues dentro de cien años todos calvos y no hay daño que cien años dure (nosotros tampoco).

Entretanto venga comilonas y juerga que el mal fario igual pasa de largo o, al menos, no es tan grave y podemos salir adelante.

¡Qué manera de llamar al mal tiempo con esta perorata!

Pero comamos, cantemos y bailemos que quizás sí que al final todo se endereza y desaparecen todos estos siniestros personajes que se esfuerzan por hacernos la vida imposible.

De hecho, todo es posible. Puede ocurrir cualquier cosa, no necesariamente mala. Así que cuestión de estar tranquilos y alerta. Verlas venir y actuar en consecuencia.

Es una buena ocasión para pedir un deseo. Pensémoslo bien para que resulte bien próspero y suponga una mejora verdadera para todos.

Felices Fiestas!

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Joan Martí - elcamidelavida@gmail.com - 17 diciembre 2024

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