MENTIRAS Y PODER
El insoportable
fanatismo de los “derechos humanos”
La sociedad en la que vivimos tiene un problema: ha perdido
completamente el contacto con la realidad, viviendo inmersa en un mundo
imaginario de ideas falsamente favorables que inevitablemente conducirán al fin
de la civilización occidental. Podemos definirlo como "fanatismo de los
derechos humanos" Una especie de culto neohumanista que sitúa a la
humanidad y su pretendida libertad de ser lo que quiere en el centro del cosmos.
Esto contradice las leyes naturales, incluso la propia ciencia, que es útil o inútil según las necesidades de quienes dictan las reglas del juego globalista. Los grandes medios de comunicación que difunden información a nivel mundial, a través de la televisión e internet, hacen todo lo posible para impedir que la gente acceda a noticias, análisis y comentarios que no se ajusten a sus decisiones. Las razones son obvias: convencer a todo el público de la belleza e inevitabilidad de una sociedad basada en el multiculturalismo, el ateísmo y el individualismo igualitario.
Así, se vuelve imposible creer en la existencia de las
razas, se vuelve imposible reafirmar la existencia de dos sexos, el concepto de
familia se vuelve insostenible, se vuelve impensable declararse antiabortista o
en contra del suicidio asistido, se vuelve intolerable declararse
contrarrevolucionario. Incluso se vuelve inconcebible creer, pues se nos dice
que la fe es una invención humana para esclavizar las mentes. El progresismo
nihilista, en cambio, con perdón de la broma, tiene una ventaja: solo se
preocupa por controlar a los idiotas que se han esclavizado a sí mismos.
Consideremos el fenómeno de la inmigración. La inmigración está organizada y gestionada por mafias en diversos países, en colaboración con los gobiernos occidentales, con un triple objetivo: destruir las costumbres, hábitos y tradiciones de los pueblos europeos para borrar cualquier reivindicación étnica, cultural o religiosa; introducir en Europa a millones de trabajadores con bajos salarios para aniquilar a los trabajadores nativos y reducir las demandas salariales de todos, en beneficio exclusivo de las grandes empresas; y lograr la creación de una sociedad global sin barreras culturales, requisito previo para la creación de un mercado único global, un mundo sin fronteras donde unos pocos lo tengan todo y todos tengan lo justo para consumir compulsivamente.
¿Se encontrará
alguna vez un análisis como este en un noticiero nacional? Imposible. Dios no
quiera que alguien empiece a creérselo...
La opinión pública es fácil de engañar si se tienen los
medios. Los jefes de los medios son astutos, mucho más que quienes
"alimentan" sus productos. El buen vendedor de humo no solo
conseguirá que usted compre su humo, sino que lo percibirá como necesario, y
una vez hecho esto ya habrá ganado. ¿Cómo puede alguien pensar, sin embargo,
que el derecho a elegir en todo es el camino correcto?
El orden moral y natural de las cosas ha sido superado. Como
individuos en esta sociedad enferma, todos se sienten con derecho a subvertir o
destruir sus propias vidas y las de los demás sin duda, sin culpa, sin
dificultad. Todo está permitido, incluso la destrucción de lo que la humanidad
ha trabajado durante milenios para construir y que Dios nos ha dado.
Los enemigos de la fe parecen haber logrado el mayor
resultado posible. Los enemigos de la moral parecen triunfar sin dificultad. La
corrupción, en todas sus formas, es el modus operandi del hombre moderno. Solo
podemos esperar con confianza un juicio sin nada terrenal.
Emiliano Calemma
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