13.10.23

La tarea creativa que debemos desarrollar no es sólo una obligación sino un placer

© ¿AVANZAR O ESTANCARSE?           

En un extremo está la temeridad, en el otro la cobardía. En medio encontramos el coraje, la acomodación, la duda... Ir de “quijotes” ni está bien visto si sirve de mucho, pero replegarse en el terreno de verlas venir no parece nada estimable.

Lo que sí es cierto es que muchos avances -si no todos- han sido producto de personas atrevidas, apasionadas, que, por encima de dudas y dificultades, se han lanzado de cabeza a conseguir sus sueños. Unos retos personales que, al alcanzarlos, han servido para todo el mundo que se los ha hecho suyos sin haber tomado parte en ellos.

Y aquí va mi crítica: Todo el mundo acostumbra a menospreciar –cuando no a maldecir– de aquellos que impulsan cosas nuevas, que se apartan de las rutinas, que confían en la vida y se sumergen en ella para sacarle provecho. Pero cuando estos “quijotes” se salen con la suya –de lo que sea- se olvidan desprecios y todo el mundo se apunta.

Ahora bien, el placer que sienten los pioneros de cualquier campo no tiene comparación posible con nada y compensa con creces todas las angustias y maledicencias soportadas. Haber sido “creador” de algo, por pequeño que sea, y además haberlo conseguido a contracorriente proporciona una satisfacción muy especial.

Después podemos leer aquello de que vamos a “caballo de gigantes” y nos quedamos tan anchos y es que aprovecharse del esfuerzo ajeno es algo muy fácil... y habitual.

En fin, cada uno sabe lo que le conviene y cómo se lo monta por la vida, una vida que, no está de más recordarlo, tan sólo “se vive” una vez. O sea que es cosa de cada uno el jugo que le saca, las experiencias que tiene y las contrapartidas que le ofrece por el don de disfrutarla.

No hay otro jurado más que nosotros mismos para otorgar premios por las tareas realizadas, por tanto lo que no conseguimos por iniciativa propia no “puntuará” en el ámbito de la satisfacción personal.

Se nos ha equipado con un puñado de dones para utilizarlos en beneficio de todos y es una responsabilidad que no debemos olvidar si queremos mirarnos al espejo en paz. Nos debemos a los demás de una forma u otra, aunque sólo uno mismo sea responsable de su propia vida.

Todos nos aprovechamos de los esfuerzos y hallazgos de nuestros antecesores, por eso nosotros también debemos contribuir al bagaje general de la vida con nuestras aportaciones y descubrimientos. Parece un planteamiento lo suficientemente justo como para que lo tengamos en cuenta y actuemos en consecuencia.

La tarea creativa que debe movernos en nuestro día a día no es sólo una obligación sino un placer desarrollarla, por el disfrute y la satisfacción que conllevan sus resultados.

La vida es experimentación y creación. Cuando nos preguntamos por el sentido de la vida no hace falta ir muy lejos: Zambullámonos en ella, confiados y abiertos a todas las experiencias que nos proponga y seamos creativos, tan creativos como podamos y sepamos.

Es una tarea que nadie ha de rehuir si quiere sentirse bien consigo mismo.

O así me lo parece.

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Joan Martí – elcamidelavida@gmail.com – 13 octubre 2023

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