REFLEXIONES DE UN LECTOR
Acerca del artículo CONTRADICCIONES
MORALES
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Realmente así debiera ser, Joan.
Pero ante el aguijonazo que te inyecta la avispa siempre se
plantean al menos 3 supuestos:
- Lo recibo
porque así se ha dispuesto que sea;
- Lo recibo porque se ha sentido atacada y por tanto, razonablemente ha respondido con su arma;
- No le he hecho absolutamente nada, sin embargo me ataca.
Y entonces, ante esto, podemos reaccionar de otras 3 maneras:
+ pasividad, inmutabilidad, no reacción, aceptación, sometimiento, (esto sólo lo consigues con un nivel de alto grado de consciencia -o al menos sin problemas laborales, sin problemas familiares, sin hijos alrededor dando la vara, sin estrés, o bajo los efectos de las drogas...);
+ comprensión (momento lúcido en el que lo interiorizas y lo entiendes -y no reaccionas con otro ataque- y/o posible reacción emocional en la que (bajo estrés) reaccionas con un manotazo y la matas o apartas;
+ o ante su ataque, yo ataco y me defiendo, si no para qué me ha picado, que se joda (ella también podría haber evitado su ataque, piensas y te justificas...).
Cualquiera de estas 3 reacciones sería presumiblemente las
que utilizaríamos alguno de los que aquí nos encontramos leyendo tu artículo.
La más bucólica de estas opciones sería la de "no
reacción y aceptación" a la violencia de la avispa!!! Ya que se trata de
un animal de Dios, ya que la comprendo, ya que las avispas me gustan, ya que la
avispa es un ser vivo y yo respeto a todo ser animal del Reino o del Universo…
pero en realidad no hemos sido preparados para esto y reaccionaríamos inmediatamente
sacudiendo un manotazo a la avispa.
La gran mayoría de la gente aborregada que no usa su mente,
ni siquiera llegaría a plantearse este tipo de dilema y no pasarían de la
acción-reacción de picotazo-manotazo, quedando la cosa tal cual.
Picas/manotazo/mueres. Y ahí se acaba este asunto, si no ¿para qué me has picado?
Quizá los que te leemos tenemos la cabeza frita y sopesamos
algunas otras acciones o incluso, una vez aplicado el manotazo al aguijonazo
recibido, sientes lástima por la avispa abatida y puedes plantearte que podrías
haber reaccionado de otra forma para evitar su muerte o su ataque.
Y es entonces cuando entramos en la espiral anterior de
preguntas sin respuesta donde nos sometemos a todo tipo de divagaciones
mentales…
Podría
haberlo evitado?
De veras la
he molestado?
Debería
haber soportado cual estoico su picotazo?
Me lo
merecía?
Quizá me
haya picado para que reaccione y no sea tan pasivo?
Y todas las otras preguntas más que se nos puedan ocurrir.
Todo esto nos provoca cierta angustia a los que utilizamos nuestra mente porque no sabemos si nuestra reacción es la correcta y adecuada, incluso proporcionada ante los eventos que diariamente enfrentamos.
Pensamientos que unos pocos tenemos y que la gran masa ni siquiera se le ocurre
que transite por su mente o en su caso, aparta de ella con un manotazo y habla
rápidamente del tiempo, del futbol, de la tómbola, del nuevo producto anunciado
por mercapoma, o de lo que sea con tal de no discurrir y eliminar inmediatamente
cualquier atisbo de duda o realidad.
Aquí, la pregunta fundamental, es:
Ante los eventos diarios que me enfrento, los acepto tal
cual porque así deben ser, según “nuestras creencias” inculcadas, o reacciono
de cualquier otro modo, porque me los están poniendo por delante para que así
sea y cambie mis creencias y actitudes.
Dicho de otra forma, me encuentro aquí para la no acción o
para la reacción, cuál es mi verdadero Karma?
Muchas veces extrapolo estos dilemas a la gente mayor que
tenemos y hemos tenido todos alrededor desde pequeños hasta hoy y no recuerdo
que ellos tuvieran estas preocupaciones, no se las planteaban, y sin embargo su
vida era más completa, más apacible, más serena, más… mentalmente hablando,
recuerdo a mis abuelos y personas mayores… y me pregunto,
¿Es que ellos no tenían alma?, ¿es que su alma era
diferente?, ¿es que nosotros somos mejores o más evolucionados?, ¿es que hemos
entrado en otra era más despierta?, ¿o es que es mera ilusión y nos creemos
superiores?, ¿o realmente está ocurriendo este proceso y no acabamos de créerlo
o verlo por nuestras limitaciones, creencias y adoctrinamiento?
Son muchas las causas internas y sobre todo externas las que
nos modifican para acogernos a lo que realmente nos resuena para conseguir la
paz y el bienestar que tanto deseamos algunos.
Aquí lo acabo, pues considero demasiado extenso y
enrevesado, ya que daríamos para un máster en pensamientos, ideas y creencias.
Miguel Pastor
(Gràcies Joan per les
teues publicacions i reflexions, i deixar sempre la possibilitat d´expresar-se!
Una abraçada!)
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