19.2.25

Podemos hacer de todo, con interés y buena voluntad. Lo que interesa es compartirlo

© HABLEMOS DE VALORES Y CUALIDADES

Generosidad y cariño. Calor y acogida. Bondad y ayuda... la lista puede ser muy extensa, basta con que miremos nuestro entorno y encontraremos un buen fajo.

Mi experiencia personal me ha deparado recientemente una buena muestra de generosidad y cariño que me ha supuesto un gran bienestar y satisfacción.

Bienestar por la aplicación de una terapia energética y el ofrecimiento de consejos saludables. Satisfacción al comprobar la existencia de seres espléndidos y desprendidos, llenos de humanidad y virtudes.

En tiempos tan nefastos donde la negatividad parece llenarlo todo, da gusto poder dar fe de valores encarnados en personas cercanas que te ayudan a superar el pesimismo imperante.

Todos tenemos algo que dar y somos destinatarios para recibir lo que nos puede convenir. Derribar la carcasa que nos separa de los demás por prejuicios, desconfianza o miedo, nos facilitaría el poder intercambiar nuestras respectivas potencialidades que supondrían un alivio vital.

El contacto personal directo es la mejor manera de conseguir bienestar mutuo (físico y espiritual) a la vez de poder encontrar el calor siempre tan necesario.

Sean cuales sean los acontecimientos que nos rodean, la acogida y la ayuda mutua que podemos proporcionarnos unos a otros son la mejor receta para vivir en paz y tranquilos.

La cuestión no es que tengamos que cambiar el mundo sino que nosotros hemos de abrirnos y predisponernos a ejercer nuestras capacidades en beneficio de quienes tengamos cerca.

Cada uno de nosotros ha sido agraciado con algún don que le hace especial. Nuestra tarea sería desplegar este don -de forma gratuita- haciéndolo útil para quien pueda necesitarlo.

Cuando somos conscientes que tenemos al alcance el hacer feliz a alguien, a partir de unas facultades propias innatas, sentimos de una parte agradecimiento y de otra satisfacción por la potencialidad de que disponemos.

O sea que sólo hace falta averiguar cuál es nuestro don y hacerlo fructificar generosamente, lo que nos reportará un bienestar extremo viendo su incidencia en el otro.

Es extraordinario constatar cómo todo el mundo -sea cual sea su apariencia externa- está equipado con una herramienta exclusiva que le permite ayudar a su prójimo.

No hay que ser necesariamente inteligente o superdotado pues bajo un aspecto ignorante o débil puede haber unos valores que pueden ser de gran ayuda.

Aquí cabe destacar lo de no juzgar a nadie pues todos somos criaturas creadas con un equipaje proporcional a pesar de las diferencias a primera vista.

En el Universo todo está equilibrado. Todo él es como un juego de vasos comunicantes. Todos somos un compendio en equilibrio de virtudes y defectos, de alegrías y tristezas, de sentido común y necedad...

Debemos lidiar con nuestra constitución y servirnos de nuestro equipamiento y nuestro don especial para movernos por la vida y entre todos los que viven a nuestro alrededor.

Por tanto no se trata de “cambiarnos” sino de aceptar lo que somos y hacer buen uso de todo aquello de lo que disponemos, en nuestro beneficio y en el de los demás.

Imaginemos una aldea donde todos viviéramos: uno podría hacer de carpintero, otro de albañil, otro de pintor... Quien supiera leer, escribir, cantar, bailar... podría enseñar a los demás.

En realidad, todos podemos hacer de todo, con interés y buena voluntad. De lo que se trata es de intercambiarlo, compartirlo... en un ámbito donde todo el mundo pone de su parte lo mejor que sabe.

O así me lo parece

___________________________________________________________________________________

Joan Martí - elcamidelavida@gmail.com - 19 febrero 2025

OTROS ESCRITOS DEL MISMO AUTOR: https://masacriticaconsciente.blogspot.com/p/escritos-propios.html

 

No hay comentarios:

Publicar un comentario