CONFIAR EN EL PLAN
Su naturaleza es bastante diferente de lo que se pueda
pensar.
Hay una contradicción inherente que se cierne sobre las grandes teorías acerca
de dónde nos situamos en el esquema de la historia, y lo que deberíamos hacer
al respecto. Ya se trate de la evolución darwiniana, de los ciclos de
sobreproducción de las élites, de los «giros» de Strauss-Howe o de las almas y
destinos civilizatorios spenglerianos, esta contradicción se presenta en el
siguiente motivo popular: «existe este desarrollo histórico natural debido a
alguna ley oculta, que nos condena a todos a un determinado resultado.
Sin
embargo, al tomar conciencia de ella, podemos trabajar contra ella y cambiar
nuestro destino». Últimamente, por ejemplo, Bret Weinstein ha sido un firme
defensor de tal teoría, en su caso refiriéndose a la inadaptación darwiniana al
mundo moderno y a cómo debemos contrarrestarla.
Postular la existencia de algún tipo de ley natural que guíe el destino humano,
y luego aconsejarnos que incumplamos esa ley, nos plantea un problema evidente.