TODOS LO HACEMOS LO MEJOR
QUE PODEMOS
Esto que parece tan obvio no lo acabamos de comprender en
profundidad. Porque si lo hiciéramos, la culpa no aparecería. Si
comprendiéramos que en todo momento (y todos) lo hacemos lo mejor que podemos,
no nos castigaríamos tanto cada vez que creemos que no hemos actuado como
creemos que deberíamos haberlo hecho.
Debajo de la culpa (y hablo por experiencia propia), lo que hay es ausencia de humildad. Y aparentemente podemos ser personas que no muestran soberbia ni arrogancia ni prepotencia, pero una cosa es lo que habita en la superficie y otra muy distinta, lo que se cuece por dentro. Que la mayoría de las veces si siquiera somos conscientes de ello.